“Charly”, la palabra del día

maximiliano herrera
Maximiliano Herrera
Periodista

Charly García, un ícono de la cultura argentina que supo sobrevivir a todo, hoy cumple 70 años . Su multifacética carrera artística marcó un antes y un después en la historia de nuestra cultura contemporánea.

Cada quien tiene una relación personal con él. Su obra la podemos ver como en capas temporales y personales o dividirla en etapas, como si fuese posible vincularse con varios charlys y quererlos a todos. El vínculo  que cada uno puede tener con él depende de la etapa en que lo hayamos agarrado, escuchado, conocido. Para muchos su música constituye la banda sonora de sus vidas, lo es todo. Para las nuevas generaciones, la del youtube y del spotify, quizás Charly no lo es todo, es algo importante, pero no lo es todo.

La vivencia hace al vínculo y las nuevas generaciones no vivieron Serú o Sui Genéris, pero sin embargo lo admiran. Es que existe un Charly fuera de la música, y está en youtube, el del video donde le dice a Lanata en la cara que es un pelotudo, o el video dónde se tira desde un edificio a una pileta. Un genio no necesita resguardarse solo en su obra para ser admirado por muchos. También está la parte de la historia dónde es salvado por Palito Ortega. Su vida contiene toda una retórica digna de una hermosa fábula.

Charly, a quien los analistas no lo podrán entender, está acá con nosotros y sabemos la importancia que eso implica. Es un pilar fundamental de nuestra cultura. Hoy todos agradecemos la existencia de Palito Ortega, gracias Palito por toda tu música, pero de este lado lo que más te agradecemos es que hayas estado con él en ese momento difícil. Nos lo devolviste, no importa cómo, pero está con nosotros, y gracias Charly por supuesto por hacer renacer a Palito Ortega.

Eso lo hace un ser atemporal, youtube y él no son para nada antagónicos. Hablar de Charly es como hablar de Maradona, cada uno establece una relación personal con los ídolos de la cultura popular, y es que como si fuera poco además de toda su obra, son personas que tienen más para decir, para dar, siempre.

Hoy la música de Charly está más intacta que nunca, pero nunca fue la música su única forma de expresar su inteligencia. Su vida está plagada de anécdotas y situaciones dónde demostraba su rapidez mental y su ingenio. Porque, justamente no es solo música, representa otras cosas, otros deseos de una sociedad, sus contradicciones. El Charly no músico, es tan interesante como el músico y sus palabras en cualquier entrevista, son como las letras de sus canciones, pero sin la música. Son palabras que logran siempre decir algo.

Sus 70 años están habitados por un sinfín de canciones que marcaron a toda una generación, canciones que supieron crear un punto de unión a la inconexa argentina. La mayoría de los artistas nuevos y no tan nuevos, se refieren a él como un mentor, una fuente de inspiración, una joya valiosa. Es que la convicción presente en su voz y en sus letras desnudan un ser mítico, y a uno no lo queda más opción que quedarse perplejo ante tan voraz figura.

Resulta que Charly es una quimera que vomita llamas y tiene tres cabezas, es el ejemplo de no temerle a los dones que la vida nos da, un sabio moderno, una marca argentina. Es a la vez mística y crudeza. Charly son los bajos más espectaculares del rock que se combinan con sintetizadores orquestales. Charly es rock, pop, tango, new wave, funk. Sus letras nos cachetean a todos los mortales. Sus shows tan exquisitos como desastrosos. Pero siempre se lo perdona, por supesto. Su canto es la convicción hecha voz. Sus dedos tan tenebrosos como sus ojos, son la extensión de esa mente brillante y desnuda. Charly es cuerpo cargado de símbolos: voz rasposa, bigote bicolor, anteojos, son detalles que alimentan la distinción. Charly también supo ser oscuridad y luz en el escenario, tan grande y liviano como una nube inquieta. Charly es desastre y pureza, es todo eso que nadie se anima a ser, y eso lo hace enorme.  Charly,Charly, Charly… La palabra del día.

Carlos Alberto García cumple hoy 70 años y lo dio todo, estudió música clásica de niño y cuando era adolescente formó Sui Géneris (1969-1974), una de las primeras bandas de rock en español que marcó a toda una generación con sus canciones.

Cuando estaba en Sui Géneris le tocó el servicio militar obligatorio. Para él eso significaba un proceso de penuria y su madre hizo todo lo posible para evitar que vaya a la colimba dónde no había lugar para el pelo largo, ni la creatividad ni las canciones, sin embargo, a pesar de los esfuerzos lo único que su madre pudo lograr fue que lo aislaran en Campo de Mayo en vez de mandarlo para el sur. El genio debió cumplir su deber como todo ciudadano e ingresar la colimba. Una vez allí tuvo un comportamiento irreverente, no se paraba firme, no acataba las órdenes, se intoxicó con pastillas, dijo que tenía un dolor en el corazón y sintió que se moría. Dijo haber visto que un ángel se le había presentado. Lo que sucedía era que todo el peso de la institución militar le estaba haciendo mal y él quería escapar. Es que uno no se puede imaginarse a Charly dentro una institución militar más que como a un pez en un vaso. Cuando se le pasó el malestar del corazón compuso nada más y nada menos que Canción para mi muerte, porque eso sentía ahí dentro, que se moría.

A pesar de todas las cosas que él hacía para ser expulsado de la colimba, los milicos no le creían, así que se propuso ir más allá para demostrar su estado de locura y decidió tomar el cuerpo de uno de los muertos del hospital, lo puso en una silla de ruedas y lo sacó a pasear y a tomar sol por ahí. Ante esta situación, los milicos se convencieron de que algo el pibe tenía y que por ende que no estaba apto para estar ahí. Después le hicieron un examen psicológico que dio como resultado “maniaco depresivo, con personalidad esquizoide”.

Estas cosas hacen a Charly un ser mítico, con unos huevos tremendos para componer canciones en contra de la dictadura, en la época de la dictadura, prácticamente como ir a acariciar un león. Y, sin embargo, con mucho ingenio decía lo que tenía para decir evitando la censura.

Hizo de todo, grabó muchísima música, tocó toda su vida, tiene mil anécdotas, hizo tanto que sería imposible ponerlo todo en esa nota.

Cuento esto y termino: después de zafar del ejercito compuso “Botas locas” inspirada en su vivencia en la colimba, dónde la letra recitaba “si ellos son la patria, yo soy extranjero” y en 1975 fueron detenidos en Uruguay por el contenido de la letra. Toda la banda con los ojos vendados.  En este fragmento, extraído del libro “No digas nada, una vida de Charly García” de Sergio Marchi, se relata un poco su valentía e ingenio en la época de la dictadura:

Mestre: – Por cantar Botas Locas fuimos en cana en Uruguay. Todos en cana vendados…
Charly:Nosotros dijimos: “ahora viene el representante y nos saca…” y el representante también cayó en cana…hasta los equipos cayeron en cana.
Mestre:Esto fue en agosto del 75, poco antes del Luna Park.
Charly: – Los tipos en la comisaría nos llamaban de a uno para que dijéramos la letra, porque se ve que la habían grabado, pero como el equipo de sonido era una batata, no entendían nada. Le preguntaban a Nito y él decía: “No sé, yo conto el coro, nada más”, Juan decía: “Mire, yo soy el baterista”

Mestre:Y Charly les cambió la letra.

Charly:Sí. La letra decía: “Si ellos son la patria, yo soy el extranjero”. Yo les dije que era: “Si ellos son la patria, yo me juego entero” …quedaba una canción patriótica!

Hoy se le rinde un justo homenaje a uno de los más grandes de nuestra cultura, un artista que cambió y lo rompió todo. Los carteles en la ciudad, las radios, las redes sociales y la TV saludan al camaleónico artista. Todos coinciden en que sus discos son grandes obras de la música popular  Argentina. Y del mundo, claramente.

Como símbolo popular representa el gen argentino, en él caben todas nuestras facetas. Alguien formado en la música clásica que logró grandes niveles de popularidad, y no es que la música clásica sea lo antipopular, sino que, como expresión del gusto refinado de las élites, simplemente no representa a la mayoría, pero Charly sí, porque logró ser disruptivo primero con él mismo en una época y en un país particularmente conservador y hoy gracias a él, muchos aprendimos a ver quienes son los dinosaurios.

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Por: María Vázquez

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