El elegir a un grupo reducido de inversores sugiere que se apunta a reforzar un mensaje subliminal dirigido al Juzgado Federal: el alcance de las devoluciones sería más amplio si el “trader god” recibiera el beneficio de la prisión domiciliaria. Esta posibilidad, no tan descabellada, fue contemplada por una de las personas que ayer cobró la inversión.
La operatoria no parecía revestir complicación alguna. El inversor asistía a una escribanía ubicada en el microcentro capitalino con su contrato y documentación respaldatoria.
A la vez, la persona elegida ya debía contar en su celular con la aplicación de la billetera virtual Lemon Cash, donde los representantes de Adhemar Capital les hacían las transferencias de los USDT. Así, la escribana certificaba la firma del inversor y se formalizaba el convenio de pago concluyendo con la operatoria.
Esta primera tanda de beneficiarios incluye a las personas que tengan una deuda inferior a dos millones y medio de pesos, que acrediten problemas de salud y damnificados que ingresaron después del 15 de noviembre.
Fuente: El Esquiú, de Catamarca