La banda de Mollo, Arnedo y Ciavarella tuvo su presentación en tierra riojana, luego de que transcurrieran 15 años desde su última visita a la provincia. El punto alto del show estuvo con la Orquesta Comunitaria “Enrique Angelelli” acompañando al trío en dos emblemáticas joyas de nuestro cancionero argentino.
La helada ventisca que circundaba al Superdomo contrastaba con el caldero de música y emociones que se vivía allí adentro. La expectativa era muy alta. Divididos se había presentado en aquella “Cool Joven” de septiembre del 2006, y luego pasarían 15 años y algunos meses para que el trío bonaerense volviera a hacer sonar su poderío musical en La Rioja.
Basta con decir que rompieron el hielo con la sentida versión del Himno Nacional Argentino en la voz de Ricardo Mollo, un clásico ya en la apertura de los shows de “La Aplanadora”, y luego arremetieron con una catarata de clásicos y nuevas canciones “Cabalgata Deportiva”, “Casi Estatua”, “Tanto Anteojo”, “Alma de Budín” donde la referencia al “viento dulce del oeste” se hizo más que explícita en este rincón de nuestro país.
También tuvieron su espacio las canciones de homenaje, “Tengo” de Sandro, “Sucio y Desprolijo” de Pappo, el popular mexicano “Cielito Lindo”, el legendario «El Arriero» de Yupanqui con un pirotécnico solo de batería de Catriel Ciavarella, y dos grandes covers de su banda antecesora Sumo, “Crua Chan” y “El Ojo Blindado”.
Aunque, uno de los momentos más esperados de la noche inició cuando la Orquesta Comunitaria “Enrique Angelelli”, dirigida por ‘Monchi’ Navarro, se adueñó del escenario. Cumpliendo un sueño que tuvo su camino viral en las redes sociales, invocando al extraordinario anhelo de los chicos de poder tocar con sus ídolos.
Previo a cantar, Mollo presentó a la orquesta como “desempañadores de esperanza”, y añadió: “me emociona mucho ver a estos chicos haciendo música”, y luego sonaron “Guanuqueando”, la hermosa gema del jujeño Ricardo Vilca, y “La Flor Azul”, chacarera de Mario Arnedo Gallo, padre del bajista Diego Arnedo.
No hay palabras que sirvan para describir la cerrada ovación que recibió el ejército naranjita de pequeños músicos, quienes bajo los colores de la bandera Whipala se lucieron con una instrumentación que nada tiene que envidiarle al profesionalismo de otras orquestas. Luego de esto un conmovido Ricardo Mollo expresó su deseo: “Porque estas almitas sigan tomando el agua del Famatina”.
Antes del cierre del show, el cantante también se pronunció en alusión al resonado caso riojano en el que está involucrada una menor de 6 años: “por la felicidad de Arcoíris”, dijo; y despidieron la presentación con los clásicos “Paisano de Hurlingham”, “El 38” y “Ala Delta”.