Organismos vivos, tecnología y modificación genética ¿Qué es el BIOARTE?

maximiliano herrera
Maximiliano Herrera
Periodista

El arte es la facultad humana que nos permite expresar, registrar y criticar los rasgos de una cultura mediante la belleza estética. El bioarte viene a plantear otro horizonte donde lo ético y lo social convergen en esta tendencia contemporánea que busca exponer la “obra viva”.

El surgimiento

Las iniciativas interdisciplinarias del bioarte desdibujan los límites entre el arte y la biología moderna con énfasis en cuestiones filosóficas, sociales y ambientales. Como nueva forma de expresión artística, empezó a finales de los 90, aunque hubo precursores antes de que se consolidara como una corriente en sí. 

Las primeras manifestaciones eran poco conocidas y aisladas, artistas científicos, científicos artistas ponían en cuestionamiento lo conocido hasta el momento sobre el arte y la ciencia, dos campos que hasta el momento parecían ir cada uno por su lado.

Esta relación entre arte, biología y tecnología puede rastrearse a lo largo del Siglo XX -incluso uno de sus precursores fue ni más ni menos que Salvador Dalí-, pero, como afirma el teórico del arte Daniel López del Rincón en su tesis doctoral “Bioarte. Contextualización histórico-artística de las relaciones entre arte, biología y tecnología.” Será a partir de los 80′ cuando se inicia con claridad el proceso que llevará, a principio del Siglo XXI a la consolidación de un verdadero movimiento artístico”.

El avance en la genética en el siglo XX, el control del cuerpo para la producción y la tecnificación de la sociedad para el rendimiento y la productividad, se puede decir que fueron características que propiciaron el escenario de este movimiento artístico.

Los bioartistas

Los bioartistas buscan manifestarse a través de material biológico y tecnológico, que contempla desde embriones, células, ADN, hasta tejidos vivos, partes del cuerpo humano y animales, entre otras cosas como algoritmos, robótica e inteligencia artificial.

Las propuestas contemporáneas son tan diversas que van desde el activismo crítico-político hasta la reflexión ecológica y ambiental, desde las problemáticas éticas vinculadas con las relaciones entre entidades humanas y no-humanas hasta las cuestiones relativas a la investigación de los procesos vitales y la estetización de la vida.

En el Bioarte se cuestiona e interpelar al cuerpo, como elemento político y cultural. 

Gracias a la inteligencia artificial y al reconocimiento facial, “Robotika” de Joaquín Fargas, identifica al bebé y actúa según las emociones que perciba del infante, para luego cantarle, contarle un cuento, hablarle o incluso mecerlo.

La «obra viva» y el debate ético

Crear una obra viva es resaltar el uso de elementos genéticos y técnicas de ingeniería genética para concebir piezas que sean hermosas y al mismo tiempo provocadoras, y que inviten al observador a reflexionar sobre las implicaciones éticas y sociales del uso de nuevas tecnologías.

No existe un límite con respecto a la creación de este tipo de obras.

Uno de los primeros bioartistas fue Eduardo Kac, quien es llamado el padre del “arte transgénico”; y que es especialmente conocido por la creación de “Alba”.

«Alba» de Kac. Ante la presión y las críticas, la coneja le fue sustraída al artista y resguardada en un centro de estudios científicos en Francia.

Alba es una coneja transgénica verde fluorescente que se presentó en una exposición en Francia con la intención de abrir un debate interdisciplinario sobre las implicaciones culturales, sociales y éticas de la ingeniería genética. Se invitó a artistas, científicos, filósofos, abogados, comunicadores, y todo tipo de profesionales a participar en la discusión.

Alba fue modificada genéticamente para que, con una determinada luz, adquiera un color verde fluorescente.

El debate ético en torno a Alba, siempre fue preguntarse si vale la pena someter a seres vivos transformaciones genéticas en pos del arte.

Al respecto el autor dijo: «Finalmente, la queja más habitual que se me plantea es que “el conejo no podía escoger” si quería ser transgénico. La respuesta evidente es que ninguno de nosotros hemos podido elegir ninguno de nuestros rasgos físicos ni intelectuales: ni nuestro color de pelo, ni nuestra piel, ni nuestro carácter. No hay ninguna diferencia; la naturaleza tampoco te deja escoger. Además, la apariencia de Alba es perfectamente normal. En la inmensa mayoría de situaciones, nada la diferencia del resto de conejos.»

Artistas y referentes del bioarte

El bioarte tuvo precursores que se adelantaron en el tiempo, desarrollando obras que en su momento fueron difíciles de interpretar y que ahora, a la distancia, los historiadores del arte las identifican dentro de la especialidad del arte en nuevos medios. Sin embargo, podemos afirmar que el término se utilizó por primera vez, en 1997, para la obra Cápsula del tiempo, de Eduardo Kac. Veamos, a continuación, algunos de los tantos que se han destacado especialmente en este campo.

Stelarc (Chipre, 1946)

Sterlac es un artista australiano cuyo trabajo explora y desarrolla el concepto de cuerpo y de relación con la tecnología a través de interfaces que incorporan imágenes médicas, protésicas, robóticas, sistemas VR e Internet.

En parte quirúrgica, en parte humana, la oreja de Stelarc fue construida primero usando una estructura fabricada de material biocompatible que comúnmente es usado en la cirugía plástica. Una vez trasplantada de forma segura en su brazo, el propio tejido y los vasos sanguíneos del artista se adaptaron al material y la oreja es ahora una parte viva, sensible y que funciona de su cuerpo.

Marta de Menezes (Portugal, 1975)

Marta de Menezes es una bioartista que relaciona la biología con el arte. Su obra más conocida es Naturaleza donde modificó alas de mariposas adultas vivas.

SymbioticA

El SymbioticA es un grupo fundado por Oron Catts y Ionatt Zurr. Ellos suelen usar tejidos vivos como formas escultóricas, y, con la colaboración de científicos han producido varias exposiciones.

Gilberto Esparza (México, 1975)

Es un artista digital mexicano en cuyas obras intervienen componentes tecnológicos, plásticos y biológicos.

Daniel López del Rincón (España, 1982)

Doctor en Historia del Arte, profesor e investigador en la Universidad de Barcelona. Su trabajo gira en torno a los debates sobre la postnaturaleza, las prácticas bioartísticas y el pensamiento tecnocrítico.

En resumen

En estos momentos no tenemos bien en claro a donde nos puede llevar el bioarte.

Este movimiento nos hace replantear la mirada sobre nuestro hábitat y nuestra relación con las otras especies con las que lo compartimos, y explora las capacidades del ser humano más allá de sus límites físicos, haciendo uso de las tecnologías de su tiempo y evidenciando el contexto histórico, social, ético y político de la humanidad.

El papel del artista es cada vez más un papel performativo, es decir, reactivar el cuerpo como fuente de comunicación. Reactivar la comunicación entre el cuerpo y el lenguaje, entre poesía y tecnología, actuar para una conjunción del poeta con el ingeniero.

El bioarte crea, emplea la tecnología y todo se asemeja a la ciencia ficción. El definitiva, el bioarte no trata solo de dar ‘respuestas’ sino que también de iniciar nuevos conceptos, nuevas preguntas relacionadas a la ciencia e ingeniería, al futuro.