Trabajar para qué

maximiliano herrera
Maximiliano Herrera
Periodista

Una encuesta realizada por la consultora Adecco reveló que para el 83% de las y los argentinos es muy difícil conseguir empleo y en la experiencia laboral, la gran mayoría se siente mal remunerado. A partir de esto, reflexionamos sobre cómo el trabajo se ha convertido en nuestra identidad y fuente de realización y cómo las fallas en el sistema y la mala remuneración generan un impacto negativo en la autoestima y en la percepción de la valía personal.

Trabajo, millenials y ahorro

Hoy, 1 de mayo, es el Día Internacional del Trabajo, y a pesar de que nuestro país se encuentra con una cifra de desempleo “baja” en comparación con otros años, actualmente el panorama no se muestra alentador para la y el trabajador argentino.

Una encuesta realizada por Adecco Argentina, en la que participaron más de 2.500 personas, con el fin de conocer sus opiniones y experiencias en el ámbito laboral, arrojó que el sueldo se destina en mayor parte a compras en supermercados (50%) y al pago del alquiler (26%). A partir de esta misma respuesta se puede ver la poca capacidad de ahorro, ya que solo un 7% del sueldo es destinado para ese fin, no por elección, sino que por descarte.

Actualmente eso se traduce a mucho esfuerzo, poco entusiasmo, baja expectativa de crecimiento y una capacidad de ahorro muy por debajo de los niveles que permitirían obtener un bien inmueble en el futuro.

Sin dudas, los ‘millenials’, que ahora rondan entre los 27 y 42 años, son los más afectados por la baja capacidad de ahorro. La inflación carcome el poder de compra del salario y obliga a «consumirlo» sobre todo en alimentos y alquileres.

La famosa generación sin terreno, sin auto, sin casa y ahora sin ahorros.

El nuevo trabajo

A pesar de esto, la popularización del trabajo 3.0, también conocido como freelance, abrió la puerta para que muchos jóvenes que no se sentían bien en sus empleos decidieran renunciar para prestar sus servicios de manera independiente, sin la necesidad de escuchar regaños o acudir en horarios específicos al trabajo.

Esto, además, les brinda la posibilidad de prestar sus servicios a varios clientes a la vez lo que genera una mejora en los ingresos, mayor variedad y entretenimiento para estos jóvenes que buscan no aburrirse en lo que hacen. Otros, simplemente más visionarios, optan por el emprendimiento acuñando la idea de que prefieren trabajar por sus sueños y no por los de otros.

 

Sin embargo, otro dato relevante del mismo estudio refleja que 87% afirmó padecer estrés (en forma ocasional y muy seguido) en una semana de trabajo típica debido a la incertidumbre e incapacidad de ahorrar.

Ante este panorama, todo se vuelve azaroso y cuesta arriba. ¿A quién confiar ese 7% de capacidad de ahorro y cómo administrarlo?

En cuanto a la búsqueda laboral, la encuesta reveló que un 83% opinó que es difícil conseguir un trabajo en Argentina.

Ante esta dificultad, un 20% de los encuestados admitió haber mentido en entrevistas laborales —ya sea debido a la necesidad, a los requisitos, al lugar en donde viven, el hecho de tener hijos o la falta de calificación, entre otros.

El trabajo se convirtió en lo que somos

Un dato, para nada desdeñable, de la misma encuesta es que, tan sólo el 18% considera que es remunerado de manera acorde por su trabajo. ¿Será que el viejo dicho de que el trabajo “dignifica” ya no es aplicable hoy?

Según Byung-Chul Han, filósofo surcoreano, el trabajo en la sociedad actual se ha transformado en algo que produce estrés, agotamiento y enfermedad. En su libro «La sociedad del cansancio», Han sostiene que la sociedad actual ha pasado de la sociedad disciplinaria a la sociedad del rendimiento, en la que el trabajador se convierte en su propio jefe y en el dueño de su propio cuerpo.

En esta nueva sociedad, el trabajo se ha convertido en una actividad que se realiza no solo para ganar dinero, sino para realizarse a sí mismo. El trabajador está bajo una presión constante para mejorar, para superar sus límites y para ser siempre más eficiente. Esta presión constante y la necesidad de rendimiento permanente llevan al agotamiento, al estrés y a la depresión.

 

El tiempo promedio que una persona trabaja durante toda su vida puede variar según el país, la profesión y otros factores, pero en general, se estima que una persona trabaja alrededor de 90 mil horas durante su vida. Esto equivale a trabajar alrededor de 40 horas a la semana durante 45 años, suponiendo que se empieza a trabajar a los 20 años y se retira a los 65. El trabajo se convirtió la fuente de nuestra identidad personal y social

Muchas empresas han migrado a una modalidad híbrida o remota tras comprobar que desde cualquier lugar podían desarrollar sus tareas con normalidad. La situación cobró relevancia, por lo cual la encuesta indagó también sobre esta modalidad, y arrojó que el 85% de los encuestados considera indispensable tener la oportunidad de trabajar de forma remota, en los casos que sea posible.

Además, la globalización ha llevado a una mayor competencia en el mercado laboral, lo que ha consecuentemente lleva a la subcontratación y la externalización de trabajos en países con costos laborales más bajos. Esto ha creado nuevas rutas de trabajo, pero también más desigualdades económicas y laborales en todo el mundo, lo que ha llevado a un mayor llamado a la justicia social y económica.