A pocos días de su partida, El Péndulo recupera una nota íntima, amena, confidente con Ramón Navarro, realizada hace dos años.
-Texto original-
Autor de piezas simples y profundas que relatan la riojanidad en versos y músicas que recorren el mundo. Originario de Chuquis y leyenda de la cultura nacional. Coplero.
La infancia en Chuquis, los recuerdos, la calidez, sus personajes, el talento y la música, conforman una notable semblanza que convive en el alma de don Ramón Manuel Navarro, quién hoy, 14 de marzo, está cumpliendo 89 años.
Será difícil resumir en un breve texto la extensa trayectoria de uno de los artistas fundacionales del folclore nacional, pero ahí vamos.
Es autor y compositor de temas que ya son clásicos de nuestra música popular tales como “Chayita del Vidalero”, “Coplas del Valle”, “Patios de la Casa Vieja”, “Mi Pueblo Azul” (declarada himno de su pueblo, Chuquis, por el Municipio de Castro Barros) entre otras creaciones incorporadas al repertorio de trascendentes conjuntos y solistas- Musicalizó poesía de Manuel J. Castilla, José Pedroni, Ariel Ferraro, Héctor David Gatica, Ariel Petrocelli, León Benarós, José Oyola, Eloy López, Julio Fontana, Héctor Negro y otros significativos poetas.
Escribió también letras para canciones en colaboración con Ernesto Cabeza, Juan Falú, Carmen Guzmán, Oscar Alem, Ramón Navarro (h), Pancho Cabral, Damián Sánchez, entre otros importantes músicos.
Las canciones de Ramón Navarro son como una fotografía, que buscan y logran reflejar las bellezas pueblerinas, la música es el lenguaje de los pueblos, y eso lo deja en claro Don Ramón, que logró pasear los paisajes y personajes por todos los escenarios posibles, mostrando con orgullo que su sentido de pertenencia está bien arraigado. Pero no solo se trata de mostrar con orgullo sino también de emocionar y de lograr que cualquier persona pueda ver y sentir lo que él plasmó en sus canciones. «Sé que tu pueblo será, como mi pueblo tal vez», recita una de sus canciones más hermosas: «Mi pueblo azul».
Su legado
Fue la voz de “Los Caudillos” de Ariel Ramírez y Félix Luna y también compuso la música de “La Cantata Riojana”, con letras del poeta Héctor David Gatica; ésta última considerada como una obra emblemática que repasa la historia de La Rioja desde su fundación.
De hecho, de todas sus obras como intérprete, autor y compositor, Navarro reconoce que “La Cantata riojana” es la más importante, no sólo por haber sido interpretada en el Teatro Nacional Cervantes y en el Teatro Colón, sino porque según explica “refleja nada más y nada menos que la historia de La Rioja.”
En pablaras del poeta y escritor Ariel Ferraro: “Esta cantata resume y sintetiza la elementalidad más entrañable de nuestra circunstancia provinciana”.
Ramón Navarro, fue integrante también de “los Cantores de Quilla Huasi” entre 1970 y 1981. Con esa agrupación recorrió gran parte del país y el mundo. Pero todo viene mucho antes.
Desde chico se dedicó a observar la simpleza de su contexto, lo que le serviría de insumo para sus obras, que reflejan esa visión cristalina de los personajes y paisajes de su pueblo. Canciones como “Mi Pueblo Azul” o “Chayita del Vidalero” recorren el imaginario popular y fueron grabadas por grandes artistas nacionales e internacionales.
Contaba Don Ramón en el ciclo “Lo que nos canta la vida” conducido por Silvina Lallana: “Yo no tenía la menor idea de la guitarra, “Chayita del vidalero” la compuse en La Plata, dónde me agarró una especie de nostalgia y empecé a acordarme de los pagos y me salió letra y música todo junto, después la repetí varias veces para no olvidarme. Cuando me fui por un tiempo a vivir a Venezuela, allá por el 60 y volví, ya habían grabado varias versiones de Chayita del Vidalero, hecho del cual yo no estaba ni enterado.”
Esas obras llevaron a que fundara con su nombre los inicios del folclore, ya que es considerado como uno de los arquitectos de la música popular argentina.
La carrera musical de Ramón Navarro es por demás fecunda y su cosecha, que aún continúa, ha sido enorme. Muy respetado por las nuevas generaciones de cantores y cantoras, sus canciones están siempre presente (a veces desde el anonimato) en cada chaya, en cada sobremesa, en cada guitarreada.
Chuquis
En 2014 las calles de Chuquis, su pueblo azul, fueron rebautizadas con los nombres de sus canciones.
En diálogo con Télam, Ramón Navarro mencionó: «me siento muy impresionado por la decisión de las autoridades de mi querido pueblo de Chuquis de que sus calles lleven el nombre de mis canciones, porque tengo entendido que no existe un reconocimiento así en ningún otro lugar”.
Ciudadano Ilustre de su ciudad natal, en 2005 recibió el Premio a la Trayectoria del Fondo Nacional de las Artes, y en el mismo año la Cámara de Diputados de la Nación lo distinguió con el Reconocimiento Parlamentario a su Trayectoria.
A pesar de las distinciones recibidas, Navarro no olvida la deuda histórica con quienes permitieron que él fuera quien es: “Siempre digo que no es el conjunto ni el solista quienes ganan prestigio por sí solos, sino que uno está respaldado por un pueblo, por una cultura. Y es eso lo que lo sostiene a uno en el escenario. La gente aplaude a toda una cultura, una forma distinta de conocer la música. Y si uno lo hace con propiedad, teniendo en cuenta la tradición que cada uno tiene encima, se da cuenta de que todo el pueblo acompaña en el escenario, uno no está solo.”