¿Qué hay detrás de la discusión por la Ley de Humedales?

maximiliano herrera

Maximiliano Herrera

Periodista
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Maximiliano Herrera

Periodista
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Mientras el humo por los incendios ilegales en el Delta del río Paraná volvían a afectar a distintas zonas de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, la semana pasada hubo un inédito acuerdo entre oficialistas y opositores que congeló el tratamiento que hasta hace dos semanas había estado a un paso de llegar a un dictamen de mayoría para entrar al recinto. ¿Cuál es la postura del Norte Grande, región que integra La Rioja?

Le podemos decir lobby, tranquilamente

Las noticias con respecto a la Ley de Humedales van dejando un sabor agridulce.

Se va profundizando la demora de su tratamiento y todo parece hacerse cuesta arriba. Este año La ley podría quedar cajoneada por cuarta vez.

La explicación formal fue que aún los mandatarios provinciales no habían pronunciado su postura. Sin embargo, la realidad era mucho más simple: ante la posibilidad real de que se emitiera un dictamen, instruyeron a los diputados que les responden a no acompañar la iniciativa. El Frente de Todos se fracturó en plena discusión. 

Los gobernadores de las provincias del Norte Grande dejan entrever resquemores por un potencial impacto negativo en la actividad productiva de sus distritos, sobre todo aquellos ligados a la minería, con foco en el litio.

A la par de esto, hay una presión desde la comunidad científica, desde donde presentaron una solicitada firmada por casi dos mil académicos y también el reclamo incesante por parte de ambientalistas.

Lo cierto es que para que el proyecto de ley no pierda estado parlamentario, es fundamental que se trate este año, y según los indicios, es algo difícil que suceda, pues se asoma el tratamiento del Presupuesto 2023.

¿Qué son los humedales y para qué sirven?

Los humedales son áreas en condiciones de inundación o con suelos saturados con agua en un periodo prolongado de tiempo. Es decir, el agua es el elemento clave que define la característica de su ecosistema. Eso incluye lagunas, costas, ríos, esteros, entre otros.

Por su estructura y dinámica funcional actúan como una suerte de esponja, desacelerando el flujo del agua y regulando las inundaciones y las sequías.

También proporciona control de inundaciones, reposición y depuración de agua, estabilización de costas, protección contra tormenta, retención y exportación de nutrientes, biodiversidad, mitigación y adaptación al cambio climático y otros.

En Argentina tenemos aproximadamente 600 mil km2 de humedales, eso representa el 21,56 % del territorio nacional.

Solo el Delta del Paraná, que representa un sistema de humedales de casi 20 km2, cobija 700 especies de vegetales, 500 especies de vertebrados y 260 especies de aves.

La falta de control de los estados provinciales sobre los territorios, en parte por las dificultades para el acceso o por ser espacios abandonados, condujo a una inacción evidente ante la problemática de las quemas.

Sobre el proyecto de Ley

Existen algunas ideas instaladas por quienes rechazan la iniciativa, tales como “la ley avanza sobre las autonomías provinciales en el uso de sus recursos y sobre la propiedad privada” que “su aprobación afectaría la llegada de inversiones y el desarrollo productivo” y que “de avanzar la ley, se podrán frenar proyectos de desarrollo y eso significa miles de puestos de trabajo que se van a perder”.

Lo cierto es que la ley de humedales no busca prohibir la actividad productiva, sino que plantea llevar adelante una producción que sea compatible con la conservación.

Es por eso que Argentina se encuentra a un paso de hacer historia en lo que respecta a la conservación y preservación del medio ambiente. No se trata de un capricho ‘centennial’.

Se calcula que en los últimos 100 años desapareció el 64% de los humedales del planeta a causa de grandes cambios en el uso del suelo y particularmente el aumento de la agricultura y el pastoreo, la desviación de aguas mediante represas diques y canales, el desarrollo de infraestructuras, particularmente en valles fluviales y zonas estéreas y, por último, la contaminación del aire y del agua y el exceso de nutrientes.

Pero existe una puja de intereses por parte de diferentes sectores que temen perder la avanzada productiva, especulan con la posesión y omiten los daños que producen la no conservación y destrucción de humedales.

El meollo de la cuestión es que, de aprobarse la ley, no se podrán incorporar nuevas actividades ni ampliar las actividades existentes en las áreas protegidas sin antes ser evaluadas sobre su impacto ambiental.

Esta ley genera alertas en los grandes dueños y productores ya que, un humedal protegido, regularía la producción de esa zona y en caso de La Rioja, por ejemplo, podría potencialmente evitar cualquier intento de explotación de litio.

¿Cuáles son los puntos claves del proyecto?

El proyecto viene presentándose desde el 2013 y fue perdiendo estado parlamentario.

El texto que hoy está en marcha unifica los 10 proyectos presentados por diferentes fuerzas políticas y plantea:

1- Realizar un inventario nacional de humedales.

2- Una restauración ecológica: la recuperación de un sistema degradado destruido por acciones del ser humano, se deben restablecer las condiciones anteriores a la afectación, su estructura y funciones naturales.

3- La penalización de los incendios intencionales y prohibición de la aplicación de elementos contaminantes, productos químicos o residuos de cualquier naturaleza de origen, incluida la fumigación aérea y terrestre.

4- Además, se crearía el fondo nacional de humedales con fondos del presupuesto nacional, préstamos, donaciones y otros aportes.