Los Colorados: donde pasó la historia, donde no pasa el tiempo

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Mariano Hugaz
Periodista

A casi 100 kilómetros de la ciudad de La Rioja y a 20 de Patquía, se encuentra la Reserva Provincial Los Colorados, un paraje que deslumbra a la distancia con la tonalidad de sus cerros y en el que habita una veintena de familias, con la misma templanza de ayer y de mañana.

Con sólo ingresar al poblado -tras dejar la Ruta Nacional 74- uno parece retroceder en el tiempo. Las casillas ferroviarias de fines de siglo XIX se presentan erguidas muy por encima de las modestas viviendas que fueron concentrándose en torno al parador.

Hoy, la pequeña comunidad de Los Colorados lucha contra el desarraigo. La escuela recibe cerca de 20 niños y niñas que asisten al nivel primario y, parcialmente, al secundario (sólo se puede cursar hasta 2° año). Durante toda la jornada en la que EL PÉNDULO visitó el lugar, sólo encontramos a un adolescente, nuestro joven guía, Iván.

Quienes continúan estudiando, deben emigrar. Lo más probable que a Patquía, cabecera del departamento Independencia; aunque quienes también emprenden estudios superiores, lo hacen en la ciudad Capital o en Chilecito.

Cuando los sueños llegaban en tren

Hacia 1900, el ferrocarril marcaba el pulso del desarrollo nacional. De aquellos días sólo quedó disperso y reutilizado el andamiaje de una industria que se presentaba con toda su opulencia: la vía férrea llegaba (o partía) desde el Cable Carril de la Mejicana, Chilecito, y atravesaba el país a lo ancho hasta el puerto de Rosario, Santa Fe. Hoy, sólo queda esa cicatriz delineada por unos rieles deshilachados, casi sin durmientes, los cuales fueron rescatados de su estado funerario para tomar la verticalidad de algunas viviendas.

Toda posibilidad de reactivación del ferrocarril se vio definitivamente trunca en los ’90 “con nuestro coterráneo” -así lo asumen los propios pobladores del lugar-, cuando la gestión presidencial de Carlos Menem decidió desbaratar gran parte de la red ferroviaria argentina.

Lugar de ensueño

Conscientes de que el bienestar no llegaría más por esas vías, los lugareños decidieron buscar distintas alternativas para mejorar sus condiciones de vida.

Indudablemente, la opción más potable estaba ante sus propios ojos: la belleza de sus paisajes y su fisonomía perenne.

En la Reserva Provincial Los Colorados, la naturaleza e historia se conjugan en un recorrido que demanda media jornada y en la que se entrelazan caminos rurales, senderos, miradores, un puente natural mágico (cincelado por el agua y el viento), un puente ferroviario centenario, petroglifos milenarios, y la emblemática Cueva del Chacho (donde dicen que se refugiaba el caudillo Ángel Vicente Peñaloza cuando era asediado por las fuerzas unitarias a mediados del siglo XIX).

En la presente semana, se puso en marcha una nueva propuesta turística con el recorrido en un camión 4 por 4 acondicionado para surcar un terreno agreste, pero que no impide ser explorado también en bicicleta o haciendo trekking.

En el puesto que se encuentra en el ingreso al paraje, las y los guías ofrecen la información necesaria del lugar. También sumaron la prestación de bicicletas. Contactos: Ricardo “Chino” Caliva 3804 58-1445/Natalia Perafán 3804 64-2945.

Un paisaje de otro planeta, un paisaje de película

Lo que podría ser una trivial y trillada definición, en este caso, es una descripción ajustada a este mundo por conocer.

El entorno natural de la reserva despertó la curiosidad de los estudiosos de la exploración espacial quienes consideran que es uno de los pocos lugares en el planeta que se asemeja a la superficie de Marte.

A partir de ello, desde hace 4 años, se trabaja en el Proyecto “Solar 54, el cual prevé la construcción de módulos espaciales para hacer pruebas e investigaciones, simulando estar en el “Planeta Rojo”.

Ilustración proyecto Solar 54

Por otra parte, meses atrás, la producción de la película “Hombre muerto” (protagonizada por Osvaldo Laport y recientemente estrenada) tomó el poblado como set de filmación. Cuando se hizo la ‘avant premiere’ en La Rioja, el mismísimo actor volvió a Los Colorados a modo de agradecimiento a los lugareños (o en muchos casos, actores y actrices de reparto del film).

Asistencia técnica, transporte y fotos: Julián “Catu” Salinas