El preservativo vaginal es un nuevo dispositivo anticonceptivo que forma parte de la canasta de métodos anticonceptivos de distribución libre y gratuita en hospitales y centros de salud.
Por María Vázquez
El acceso a la prevención de enfermedades de transmisión sexual y anticoncepción es prioridad en materia de salud pública desde hace tiempo, es por eso que el preservativo femenino es una herramienta que permite a las personas a decidir sobre su vida sexual y reproductiva.
Si bien, todavía en Argentina no está a la venta pública como un preservativo masculino, desde el Ministerio de Salud Pública de la Nación se acordó con las universidades públicas la entrega de los preservativos femeninos de manera gratuita.
En La Rioja, la Coordinación de Salud Sexual, Género y Diversidad dependiente del Ministerio de Salud Pública, está a cargo de Marta Llanos. En diálogo con El Péndulo, explicó que el preservativo vaginal es un nuevo dispositivo anticonceptivo que comienza a distribuirse en nuestro país a partir de este año desde la Dirección Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, incluyéndose en la canasta de métodos anticonceptivos de distribución libre y gratuita en hospitales y centros de salud. “Particularmente, en nuestra provincia aún no se está realizando su distribución, estamos en la espera de su llegada y concretamente de una instancia de capacitación para aprender el uso correcto de este anticonceptivo”, detalló.
Llanos añadió que en cuanto “al nombre correcto para llamar a este dispositivo sería preservativo vaginal, con el que se busca considerar las diferentes identidades de género, por ejemplo los varones trans que pueden requerir su uso”.
El preservativo vaginal consiste en una funda muy delgada, resistente, que está hecha de un material que se denomina nitrilo, que es sintético y representa una alternativa al látex, que es un material de origen natural al cual algunas personas presentan alergias.
Consta de dos anillos, uno interno que se encuentra en un extremo cerrado que la finalidad del mismo es contribuir o facilitar la colocación del mismo en la vagina, y tiene un anillo en la parte externa, cuya función es cubrir la vulva, cubre en parte los genitales externos.
También es importante saber que está cubierto por un lubricante siliconado y que facilita su adherencia a las paredes de la vagina.
En cuanto a la pregunta si la utilización de este preservativo es seguro para prevenir enfermedades de transmisión sexual, la Coordinadora explicó que “al ser un método de barrera, al igual que el preservativo peneano, es un dispositivo que resulta efectivo para la prevención de enfermedades de transmisión sexual, VIH y por supuesto para embarazos no intencionales”. Destacó además que “es muy importante tener una cierta habilidad para la colocación, por el hecho de que si llegase a estar colocado de una manera incorrecta no cumpliría la función de método de barrera para justamente la prevención de infecciones de transmisión sexual y obviamente para prevenir un embarazo”.
Otra de las recomendaciones que hace Llanos es que el preservativo vaginal y el peneano no deben utilizarse juntos porque la fricción entre ambos podría provocar la rotura de uno de ellos o de los dos, y resalta que con la utilización de uno solo es suficiente para prevenir VIH, ETS y embarazos no intencionales; además de que este dispositivo se puede usar una sola vez¸ no es reutilizable al igual que el preservativo peneano y se usa en una sola relación sexual.
Al ser consultada sobre los miedos que se tienen sobre el uso de este dispositivo, como por ejemplo si se puede perder dentro del cuerpo, la funcionaria de la salud explicó que “no es posible, porque cubre internamente el cuello del útero y la vagina, por lo tanto no podrá pasar más allá, ya que queda un pequeño espacio de 1 a 3 mm, así que esto es parte del mito que existe en cuanto al uso del preservativo en general”.
Se puede usar mientras las mujeres tienen su periodo menstrual y es muy importante la colocación adecuada para que su uso resulte eficiente.
“En nuestra provincia trabajamos desde el Área de Salud Sexual, Género y Diversidad en lo que tiene que ver la prevención del embarazo, que es una de las tareas que se llevan a delante. Tenemos la responsabilidad de reforzar los depósitos de cada uno de los efectores de salud, ya sean Centros de Salud u hospitales, para evitar que se queden sin stock de los distintos métodos de prevención y anticoncepción”.
También agregó: “desde el Programa Remediar se envían de manera periódica estos insumos anticonceptivos, más que todo los de métodos de corta duración, como los anticonceptivos orales y los de larga duración como lo son los subdérmicos y DIU, que son provistos desde nuestra área. Además de esto, se realizan espacios de capacitación para fortalecer justamente las acciones de prevención del embarazo y de ITS y próximamente se incorpora a la canasta de métodos anticonceptivos el implante doble varilla que comúnmente se lo llama “chip” y también nos encontramos en una etapa de capacitación a profesionales para comenzar con la distribución a los distintos efectores de la provincia”.
Hay muchas consultas sobre si el preservativo vaginal se puede usar en prácticas sexuales anales, por lo que la profesional respondió que es un dispositivo que no estuvo aprobado para este tipo de prácticas sexuales, pero comentó que se han reportado algunas experiencias de personas que lo han utilizado; pero, de todas maneras, no se ha comprobado la efectividad que asegure que evite la transmisión de VIH y ETS; por lo que se necesitaría más estudios para lograr una recomendación. “Por lo que se podría decir que el preservativo vaginal no está aprobado para su uso en prácticas sexuales anales”, sentenció.
Finalmente, Llanos expresó lo importante que es poder llegar a la población con la distribución gratuita de este preservativo, ya que es todo una novedad y a la vez hay mucho desconocimiento.
“De esta forma, a través de la distribución de este dispositivo, es una forma de que podamos seguir fortaleciendo los derechos sexuales y reproductivos y no reproductivos en la población. Esto también viene a fortalecer la autonomía de las personas para vivir su sexualidad de una manera libre, placentera y con mucha responsabilidad, sabiendo cómo cuidarse a si mismo y a la pareja”, culminó.