«El poder ser la primera mujer rectora implica romper estructuras”

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Gustavo Molina
Periodista

Tania Rogel “es una mujer que hoy representa a un movimiento, una mujer que viene caminando hace 20 años la universidad, que nació de la Sede Regional Chamical y que fue desarrollando toda su trayectoria en el marco de la educación pública y gratuita”. La autoreferencia -a la consulta de cómo se describe- es la síntesis más ajustada del caminar académico de quien podría ser la primera mujer en conducir la Universidad Nacional de La Rioja.

La actual Secretaria de Ciencia y Tecnología de la UNLaR es la candidata a Rectora por el Frente Amplio de Construcción Universitaria (FACU+) en las elecciones de la casa de estudios y su compañero de fórmula es el contador Carlos Sant.

Durante la última etapa de la Institución se vio una marcada participación de las mujeres en la vida política e institucional, lo que se refleja en el amplio protagonismo de las mismas en los espacios que se presentarán en la contienda electoral del próximo 26 de octubre.

La propia Tania Rogel describe este proceso al contestar la pregunta sobre los eventuales condicionantes que afectan al avance de las mujeres en lugares de decisión, a nivel general. En esta línea, reconoce que, en su carrera como docente investigadora, supo “aprovechar las oportunidades para desempeñarse en diferentes lugares dentro de la universidad”. “En los viejos tiempos, de manera difícil; en los nuevos tiempos, de un modo menos complejo”, asevera.

La Toma

Para esa fecha (2013), el malestar de la comunidad universitaria contra la gestión de Enrique Tello Roldán se empezaba a hacer sentir, aunque el por entonces rector minimizaba el fervor creciente que ya atravesaba las rejas perimetrales de la Ciudad Universitaria y tomaba las calles de la ciudad Capital.

En los primeros días, “participamos de ‘La Toma’ familiarmente”, explica; recordando que, por entonces, debía cumplir con las responsabilidades académicas impostergables, hasta que decide participar “desde la segunda marcha, luego de dejar los requerimientos que involucraba la acreditación de la carrera”, declara.

Tania rememora aquel movimiento -sin precedentes en la historia de La Rioja- como “una mezcla de emociones, de mucha incertidumbre”. “Fue una fuerte decisión familiar porque tanto mi marido (Alejandro, quien también es biólogo) como yo, dependíamos de los sueldos (universitarios) con los que nos sustentábamos; (…) pero estábamos convencidos que era lo que debíamos hacer para generar un cambio en nuestra universidad”, reafirma.

“‘La Toma’ fue un movimiento social y político muy fuerte que decidió romper una estructura universitaria y social. Para el ámbito universitario era algo complejo. Fue fundamental el apoyo de la sociedad para lograr esto. No hubiese sido posible sin el acompañamiento de la sociedad”, reflexiona.

Fue durante esos días de lucha que empieza a transitar caminos coincidentes con Fabián Calderón. “Nos conocimos en el campo de la militancia; militantes de ‘La Toma’. Ahí es donde tenemos el contacto más fuerte, desde lo político”, relata.

La PosToma

Había pasado el 9 de octubre de 2013 -fecha de refundación de la Universidad Nacional de La Rioja-y Rogel reordenaba sus perspectivas académicas, a pesar de perder un cargo en 2014. En 2015 ocupa el cargo de Subsecretaria de Ciencia, Tecnología y Extensión, en el Departamento Académico de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Al año siguiente, llega a una subsecretaría en la Ciencia y Tecnología rectoral y desde febrero de 2017 se desempeña el su rol actual: Secretaria de Ciencia y Tecnología rectoral.

Haciendo un repaso de los últimos 8 años de la UNLaR, la candidata por FACU+, describe:

“Cambió mucho. Por ahí, me da mucha bronca los que dicen que la actual gestión es igual a lo que era antes. En la vida hay que tener memoria de lo vivido -no desde el punto de vista del rencor o de un estancamiento personal, sino como producto del crecimiento-, para poder realmente considerar el estado actual en el que estamos. Antes, ni siquiera en los pasillos, ni en un diálogo podíamos expresar algo de lo que sentíamos o pensábamos. Hoy, hay libertad de expresión”.

“También -continúa- desde lo institucional, lo político. Un hito es el cambio de nuestro sistema electoral: con elecciones directas, con la posibilidad de que cada uno pueda elegir a sus representantes. Algo que, aún hoy, gran parte del sistema universitario todavía no se anima. La votación directa implica una fuerte militancia con fuertes convicciones”.

En la misma línea, se refiere al cambio propuesto por la gestión con la mirada más allá del ámbito universitario, “entendiendo que somos actores esenciales para la transformación de una comunidad, de una provincia”, explica.

“Antes (previo a ‘La Toma’), nos estaba prohibido la interacción con otras instituciones. Parte de la misión de la universidad es intervenir, desde el conocimiento, en aportar el conocimiento para la resolución de problemas; también en la formación de los recursos humanos. Esto es otro de los grandes avances: esta interacción que cada vez se solidifica más”, sostiene.

Otro de los puntos que pondera de la ‘Nueva UNLaR’ es la concreción de derechos para los cuatro estamentos: la carrera docente, las garantías laborales de las y los nodocentes, la licencia estudiantil, “los graduados que dejaron de ser egresados”, el nuevo estatuto…, enumera. Aún en este reconocimiento a la actual conducción institucional, entiende que una de las gestiones proyectadas hace 8 años en la que no se pudo avanzar lo suficiente son los llamados a concursos docentes. Declara que, en este caso, hubo “factores exógenos” que influyeron por lo “que no se pudieron llevar adelante con plenitud”. “Nos quedó como tarea pendiente”, reconoce.

Candidatura

Su candidatura a rectora se gesta a fines de 2019, cuando se empieza a escuchar su nombre entre quienes reunían los requerimientos y tendrían posibilidades de alcanzar el máximo cargo de la UNLaR. Luego, pandemia mediante, referentes de distintos estamentos toman contacto con Rogel pidiéndole que considere su postulación a rectora. “Nunca vi venir lo que se vino: Tanta gente dispuesta a formar este grupo”, repasa. “Finalmente, con los avales conseguidos” en la contienda interna del espacio; “a través de procesos democráticos -característicos de FACU+” -así lo define- se consagra como principal candidata de dicho Frente. Confiesa que este recorrido no fue decidido en soledad, sino en diálogo con su familia; luego también con Calderón –“no como rector, sino como compañero de militancia, de luchas”, aclara-. “Me preguntó: ¿Qué vas a hacer? Lo que la gente quiera. No quiero ser una imposición de unos pocos, quiero ser la representación de muchos”, recuerda.

¿Primera rectora? 

A la consulta de “EL PÉNDULO” sobre qué significa ser la eventual primera mujer rectora de la UNLaR, expresa: “Esto implica también un montón de cuestiones particulares. Abrir caminos. Porque de eso se trata: que esos caminos permitan que otras mujeres también tengan la posibilidad. Es como una responsabilidad que implica mucho. Lo represento gráficamente desde mi naturaleza, desde la Biología y la vida, con la migración de los gansos, que vuelan y migran en ‘V’. Hay un vértice que es el que se desgasta. Ese vértice es el que rompe y permite que el resto avance. Ese ganso que hace de vértice, a veces, pasa al fondo de la fila y permite el avance de otro que tenga que romper para generar ese avance. Yo siento que eso es esto, ahora”.

“Una, cuando está en gestión, deja de ser individuo para ser una herramienta de gestión y pasar a ser un colectivo. Desde esa concepción, el poder ser la primera mujer implica romper estructuras para poder avanzar”, advierte.

Docente y militante

Tania Gisela Rogel nació en San Martín, Mendoza. Cursó la escuela pública, tanto en la Primaria como en la Secundaria. “Hija de una docente de mucha lucha y de un político de mucha militancia y convicciones”, agrega. ”Allí, surgen mis dos vocaciones: la docencia y la militancia”, afirma.

Se graduó a los 17 años (recién cumplidos). Acto seguido, se radica en la ciudad de Córdoba, donde estudia Biología en la Universidad Nacional de Córdoba. Su vida universitaria incluye la militancia política, participando en los centros de estudiantes, marchando contra la ley de educación superior de la década de los 90, sumándose a la toma del Rectorado de la UNC, en protesta contra el posible arancelamiento de la universidad.

Posteriormente, como parte de su carrera profesional, recorrió ampliamente la zona rural, lo que le “permitió, con mucho dolor y dureza, ver lo que es la pobreza”, confiesa. Su tesis de grado refleja justamente la vida de campo. Posteriormente, como parte de su formación de posgrado y de extensión, también prosiguió con “la interacción de factores biofísicos y socioeconómicos”, explica; para lo que tuvo que “estudiar sobre la teoría social y la teoría económica”, añade.

En 2001 se radica en Chamical. En la Sede Regional de esta localidad cumple la función de Secretaria Técnica de Posgrado, y miembro de diferentes comisiones de acreditación de carreras de grado (desde 2003); tarea en la que se concretó la ejecución de planes de estudio, y la creación de carreras nuevas como Veterinaria, en Chamical, y la Licenciatura en Ciencias Biológicas, en Capital, “con algo de intervención en la Ingeniería en Agronomía y en dos carreras que, finalmente, no se llevaron adelante: Doctorado en Ciencias Ambientales y Licenciatura en Genética. Su actividad docente también se amplió al campo de la investigación y la extensión universitaria.

Su primera designación la recibió en abril de 2001 para desempeñarse en la Sede Regional Chamical, donde permaneció hasta 2011. En 2013, “debido a la reducción de salarios” -según revela- tuvo que abandonar sus cátedras concursadas. “En esos momentos, nos pagaban cinco meses al año, los costos no los podía cubrir. Tuve que enviar un mail renunciando a mis cargos. En junio (2013) me quedo en Capital trabajando la acreditación de la Licenciatura en Ciencias Biológicas”, mientras “La Toma” se asomaba.

Mirada política

A la hora de describirse ideológicamente, la referente de ‘FACU+’ medita y dice: “me defino como una persona que tiene su corazón que está vinculado con ciertos modelos: ‘la Patria es el otro’, ‘el amor vence al odio’… Esas construcciones, esa es la ideología que me ha marcado siempre. Defender, militar por aquellos modelos inclusivos, de oportunidades, ir por modelos, ir por acciones que amplíen derechos. En particular, dentro del ámbito universitario, desde el conocimiento como un derecho. El conocimiento también tiene que ir por el derecho a generar conocimiento a través de la ciencia y la tecnología, el derecho a transferir el conocimiento a través de la vinculación tecnológica y el derecho de la sociedad de apropiarse de ese conocimiento a través de la extensión”.

Tania Rogel no evade ni edulcora su vocación política, la cual le incorpora la misma fuerza verbal que a su perfil académico. “La política debe ser entendida como el uso del poder para cambiarle la realidad a la gente. La universidad no puede ser una cosa aislada. La política está muy vinculada de ciertas acciones de ciertos políticos. Creo que se viene un cambio conceptual. Hacer política hoy, no es otra cosa que despertarse cada día entendiendo que uno es parte de un colectivo; y de ese colectivo se tiene que lograr el bienestar de la gente que forma parte de la comunidad. Hay modelos que determinan ciertas prioridades públicas. No puede darnos lo mismo cualquier modelo de universidad”, sentencia.