El periodista especializado en temas internacionales, Pedro Brieger, por medio de un mensaje guionado y grabado, pidió disculpas luego de que 19 mujeres lo denunciaran públicamente por acoso sexual. El colectivo Periodistas Argentinas presentó hace 10 días en el Senado de la Nación el informe La cultura del acoso: punto y aparte, con testimonios que denuncian diferentes situaciones de acoso por parte del periodista.
“Quiero decirles que escuché el mensaje de Periodistas Argentinas y rápidamente les hice saber mi deseo de hacer públicas las disculpas. Por eso, en primer lugar, quiero pedir perdón. Sé que lastimé a mucha gente. Pido disculpas a cada una de ellas por mis actitudes inapropiadas. Me hago cargo, me arrepiento y hago públicas mis disculpas”, dijo en el inicio de su mensaje publicado por medio de red social X.
En otra parte de su mensaje define el acoso como “conductas irrespetuosas” y las patologiza. “Hace muchos años hubo un quiebre en mi vida y dejé de tener conductas que no eran respetuosas. Gracias a un acompañamiento terapéutico prolongado lo pude superar y hoy soy otra persona. La que describen existió, pero hace mucho tiempo que no existe más. Por este motivo, quienes hoy trabajan conmigo en diversos ámbitos se asombraron al enterarse de actos impropios de mi parte en tiempos pasados”, expresó Brieger.
“La violencia sexual no está limitada a la invasión física del cuerpo humano y puede incluir actos que no impliquen la penetración ni el contacto físico” expresa el Protocolo de Protocolo de investigación y litigio de casos de violencia sexual de la UFEM (Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres)
En este sentido el acoso sexual entra en el encuadre y lo define como un “comportamiento sexual inadecuado que puede ser interpretado como ofensivo, humillante o intimidante, según las circunstancias (como enviar mensajes sexualmente explícitos, utilizar teléfonos u otros dispositivos con el fin de invadir la privacidad, realizar declaraciones y gestos con connotaciones sexuales); gestos y palabras obscenas; insultos sexistas y proposiciones sexuales”.
Respecto del ámbito laboral establece que el acoso sexual puede manifestarse a través de “conductas o comentarios con connotación sexual no consentidos por quien los recibe y “también puede manifestarse por medio de un ambiente de trabajo hostil que incluye chistes obscenos, miradas lascivas, comentarios inapropiados (por ejemplo, sobre la ropa de una mujer, o acerca de su aspecto físico), propuestas inadecuadas, exhibición de pornografía, etc.
“Todas estas conductas crean un entorno laboral intimidante, adverso o humillante. Las relaciones jerárquicas facilitan este tipo de situaciones y ocasionan que la persona tenga motivos suficientes para creer que su negativa o denuncia podría causarle problemas en el trabajo, en la contratación, en su ascenso o, inclusive, en su estabilidad laboral”.
El reconocimiento y el pedido de disculpas es válido y un avance en una lucha colectiva y la pregunta es si se trata de un acto de reparación para las víctimas. Cada cual sabrá que hacer en este sentido. Y, la denuncia pública y la instalación del acoso abre un debate sobre la imprescriptibilidad, la legislación, la aplicación efectiva de protocolos. ¿Cómo se repara conductas abusivas como un acoso? es la pregunta necesaria y urgente.
Brieger se puso a disposición Periodistas Argentinas para “intentar ayudar de la manera que lo consideren conveniente con el objetivo de que esta clase de actos no se produzcan más»; e hizo referencia a los pactos machistas: “Creo que mi testimonio puede servir para romper los pactos que existen entre hombres para tapar nuestras conductas, dentro y fuera del periodismo. Estoy dispuesto a colaborar para que así sea. Pido perdón a quienes ofendí y afecté”.
Luego de la difusión de este mensaje se conoció un comunicado de Periodistas Argentinas. “Hemos logrado, en pocos días, que Pedro Brieger pasara de negar y amenazar a las denunciantes a reconocer públicamente los hechos y hasta pedir disculpas” dice el comunicado y consideran que “Son las afectadas a quienes les corresponde pronunciarse sobre esto y lo harán si lo consideran oportuno y en los tiempos que requiere la elaboración personal y colectiva: respetémoslos”.
En su descargo afirman que en reuniones con instituciones académicas en las que se desempeñaba Brieger “en todas encontraron idéntica situación: protocolos mal comunicados, falta de recursos y de capacitaciones para contener y prevenir estas violencias, entre otros factores, pero también la gran voluntad para trabajar en profundidad hasta lograr herramientas eficaces y cambios concretos”.
“Comenzamos a debatir el marco legal de estas conductas con legisladores”; y “el debate social sobre el acoso en ámbitos laborales y académicos fue masivo, plural y abordado en todos los medios con seriedad” a partir de la denuncia colectiva contra el periodista.
“Nos comprometimos a organizarnos hasta lograr trabajar y estudiar en instituciones que respeten nuestra dignidad y nuestros derechos. Esto recién comienza. Juntas vamos a lograrlo”, concluyeron.