La palabra adopción envuelve muchos miedos, prejuicios, lo que hace que el 90% de quienes se inscriben para adoptar opten por bebés o menores de hasta 5 años. Emilio, Carmen y ‘Ángel Valiente’ nos cuentan cómo se superan esas barreras, en una historia llena de vida.
“Hace cinco meses comenzó una maravillosa historia, la mayor tarea de nuestras vidas”, reza un posteo en el Instagram de Emilio, quien junto a Carmen, su esposa, adoptaron a un “Ángel Valiente” (autodefinición), un niño de 6 años que vivía en un hogar de guarda.
“Nosotros nos casamos en el 2016 sabiendo que no íbamos a poder tener hijos y la decisión fue adoptar de entrada. Yo supe que no era fácil adoptar, porque trabajé hace mucho tiempo en un estudio jurídico con otras circunstancias, con otras leyes y vi varios procesos que no fueron muy felices”, comienza su relato Emilio, quien abrió las puertas de su casa y de su corazón a El Péndulo para contarnos cómo fue el proceso para concretar la adopción de un hijo y, especialmente, para alentar a aquellas personas que están en duda de hacerlo.
Emilio y Carmen relatan que el “proceso de vinculación” con su hijo fue muy rápido, en menos de un mes, pero la espera fue de casi cuatro años. “Todo se dio en pandemia: no poder tener contacto con nuestras familias, tener Covid tres veces… El contexto nos daba incertidumbre constante”, repasan.
En cuanto a cómo continuaba el proceso de adopción, Emilio detalla: “hay un registro, que es el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines de Adopción, que depende de la Justicia y hace todo el trabajo con los postulantes. De ahí en más, se pasa por una serie de procesos, que yo los viví de una forma, Carmen de otra y cada persona lo puede vivir de diferente manera”.
“Teníamos charlas por Zoom, donde aparecían parejas que estaban anotadas en espera hace 16 años”, recuerda Emilio y subraya: “todo el mundo quiere un bebé, pero ‘Perla’ Manfredini, la trabajadora social que estaba a cargo del Registro cuando nos anotamos, nos dijo ‘todos quieren un bebe’; y es muy difícil porque ese niño tiene que pasar por muchas instancias antes de tener la disponibilidad adoptiva. Hay medios ilegales, pero no lo hicimos ni lo haríamos porque creo en el derecho a la identidad y ‘Ángel Valiente’ sabe y toda su familia lo sabe y no hay diferencia”.
Cuando Carmen describe a su hijo, se le dibuja una expresión única en su cara y expresa: “Ángel Valiente es una persona feliz, encantadora, que le pone ganas a todos los días y a cada segundo de su vida. Siempre le digo: ‘yo te admiro’”; y añade: “nosotros lo conocimos un 16 de noviembre, el día de su cumpleaños, y él había hecho un mapa para encontrar un papá y una mamá, entonces lo conocimos ese día. Y el 8 de diciembre, el día de la Virgen, ese día nos dan a nuestro hijo y se muda a nuestra casa”.
Cómo fue el primer contacto con ‘Ángel Valiente’
Antes de contar cómo fue ese día, Emilio vuelve a remarcar que “el proceso de vinculación fue en menos de un mes. El mismo consistió en encuentros con asistentes y trabajadores sociales, después nos permitieron salir un poquito, fuimos a tomar un helado. La primera visita supervisada que tuvimos fue en el parque Facundo Quiroga, ahí lo llevamos”. Interviene Carmen nuevamente y describe ese primer encuentro: “fue toda incertidumbre, no saber cómo será el impacto, si se va a dar o no, pero ‘Ángel Valiente’ entró y corrió a los brazos de Emilio, fue automático y le preguntó: ¿cuándo vamos a casa? Yo estaba con mis nervios, y conmigo se fue dando de a poco, pero con él (por Emilio) primero. Con él son todas las travesuras, con mamá son los límites y con papá se puede hacer todo”.
“’Ángel Valiente’ fue buscado, fue deseado, lo planeamos, lo hablamos, lo súper esperamos”, confiesa Carmen. Mientras, Emilio añade: “es nuestro hijo desde hace casi dos años, ya pasamos dos fiestas de fin de año, un día del padre y ahora pasaré otro más”.
Al ser consultados cómo funciona el procedimiento para adoptar, Emilio sentencia: “el sistema de adopción no es un supermercado, es lo primero que nos dijeron”; y enfatiza que, “hoy por hoy, el sistema de adopción fue mejorando y hay que destacar que hay muy pocos postulantes para las guardas, que hay que pedir más, que hay que animarse”.
“Todo proceso tiene sus altibajos, sus enojos, hasta pensé que en algún momento llegaría a tener que vender el auto para pagar los costos de los honorarios de los profesionales, pero no. Se designó un defensor del Ministerio Público para que nos representara y no nos costó nada”, detalla Emilio.
Otro de los puntos que destaca la pareja es que “cada niño en guarda manifiesta en algún momento su decisión de ser adoptado, y ‘Ángel Valiente’ ya tenía tomada la decisión mucho antes que nosotros y tenía la voluntad de buscar una nueva familia, de alguien que lo cobije”. “Te estamos hablando de un niño de 5 años, en ese momento”, precisa.
Cuando les preguntamos si conocían la historia familiar previa de ‘Ángel Valiente’, indican: “firmamos un acta de confidencialidad con la Justicia. No podemos comentar sobre eso, porque es su historia. Sólo él tiene a disposición su expediente, ni nosotros tenemos acceso”; y agregan: “él, el día de mañana, puede ir y preguntar y le van a decir”.
Hoy, ‘Ángel Valiente’ tiene el apellido de su papá y su mamá adoptivos, pero cuentan que cuando tuvieron que hacer el trámite del DNI, les habían dado la opción de cambiarle el nombre, pero les “pareció tan fuerte, porque es quitarle su identidad a la criatura”, dice Carmen.
Finalmente, Emilio y Carmen dejan su mensaje para aquellas personas que quieran adoptar: “el que vaya a adoptar tiene un camino muy grande para transitar, que van a ser muchos dolores, pero que se levente un niño y te diga papá, no tiene precio”.
Sobre el RUAGA
El Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines de Adopción tiene como objetivo principal restituir el Derecho Humano a vivir en familia a niños, niñas y/o adolescentes sin cuidados parentales que, por diversos motivos, se encuentran declarados en situación de adoptabilidad judicial.
El proceso de inscripción no requiere muchos requisitos, por lo que en la actualidad se realiza un proceso formativo e informativo y luego se entrega el listado de requisitos para la conformación del legajo.
Es importante destacar que la evaluación de capacidades parentales adoptivas es un trabajo y una responsabilidad a poner en valor que el Estado realiza, en función de la búsqueda de una familia para los niños, niñas y adolescentes víctimas de vulneraciones de derecho.
También, hay que indicar que la preselección de familias se efectúa en función de las necesidades y el perfil del niño o niña en relación a las capacidades y recursos personales de las familias. Se realiza una “búsqueda de compatibilidad adoptiva”.
El RUAGA – La Rioja, al integrar la Red Federal de Registros, realiza únicamente la inscripción a personas residentes de la provincia. Cabe aclarar que el proceso de inscripción es personal, gratuito y no requiere del patrocinio letrado de un abogado/a.
Para contactarse con el organismo podrán escribir al mail: registrodeadopcionlarioja@gmail.com, o bien dirigirse a San Martin 217 2° piso.