¿Dónde reside la vitalidad del pueblo?

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El Pendulo
Periodista

¿Cómo funciona la doctrina del shock de Milei?

Por Fernando Gómez, dirigente del FROP y presidente de FERCOA.

Nuestro país se caracteriza por tener una profunda y dinámica vida social, política y cultural que lo ha llevado en el transcurso de su historia, ha constituido un conjunto de derechos que lo sitúa en la región como la más prominente en cuanto al Estado de derecho.
Argentina se ha caracterizado por su constante lucha de clase a lo largo de la historia, por su movimiento obrero, constituyéndose en el país con mayor organización sindical de Latinoamérica.
A su vez, Argentina, a diferencia del resto de los países de la región, cuenta con características muy particulares desde el punto de vista de sus recursos naturales, su extensión territorial, su diversificación climatológica, y la posterior composición de su pueblo, que fue forjado a lo largo de su historia en la lucha y la resistencia, desde los originarios, pasando por la colonización, las luchas internas, sumando a ello lo que significó el proceso migratorio principio del siglo XX, constituyéndose en una sociedad con una diversidad de características y singularidades propias, y que no dudamos se reflejan en la mayor conquista de derechos y un crecimiento del Estado garantizándolos.
Se caracterizó tempranamente por ser próspera, dinámica y pujante, cuestión que no pasó inadvertida por las potencias globales y dónde se apoyan las hipótesis a partir de las cuales se justifican sus males.
Pero el objetivo de estas líneas, es centrarnos en donde reside la vitalidad de nuestros pueblos, ya sea para la catástrofe como para las alegrías, que a su vez ha sido una preocupación para los distintos gobiernos, principalmente aquellos, como los militares, que buscaron apaciguar este ímpetu rebelde y transformador de la propia realidad popular.
Estas preocupaciones fueron compartidas por las principales potencias mundiales, y más aún hoy, en la fase actual de desarrollo del capitalismo, donde la hegemonía yanqui se encuentra cuestionada.
Antecedentes inmediatos de vitalidad popular
En los últimos años, inclusive durante la década ganada, hemos sido testigos de cómo de forma sistemática se fue opacando la vitalidad y dinámica de nuestro pueblo.
En la década del ’90, el proceso de resistencia, constituye un desarrollo de subjetividad y de constitución de nuevas prácticas políticas, el emergente de un nuevo sujeto, el piquetero, nuevas estructuras de representación, la CTA, nuevos esquemas de producción y organización obrera las empresas recuperadas, una nueva experiencia educativa como los bachilleratos populares, etc. etc.
La mayor vitalidad en su auge de movilización y organización lo alcanzó en las jornadas del 2001, 2002, 2003.
La reacción, la conciencia, la lucha, la organización y creatividad en estos tiempos fueron una bandera, y parieron nuevos tiempos.
A partir de 2003 se inició un proceso de institucionalización, pero que, lejos de revitalizar la dinámica popular, y con la necesidad de legitimación del nuevo gobierno, disciplinó, con la transversalidad, a un proceso sistemático de mercantilización de las prácticas políticas.
Esto tuvo asidero, debido a la orfandad ideológica, las ingenuidades políticas, y sobre la incapacidad de haber podido generar un proyecto alternativo de desarrollo económico y social.
Este proceso de encauzamiento vía la institucionalidad, fue agudizándose (cuya mayor expresión se observó en el gobierno de AF) en prácticas cerradas y corporativas, que, lejos de mantener viva y dinámica las articulaciones sociales, creativas y disruptivas, fueron moldeando a la militancia institucionalizada con las características que el propio sistema lo requiere. Así, las políticas corporativas, reemplazaron las políticas de clase, con lo cual se produjeron fragmentaciones hacia dentro del campo popular, no solo inauditas, no solo caricaturescas en muchos casos, sino que fueron caldo de cultivo de la actual situación política y social, alejando a la dirigencia social y política popular del sentir de la base a la que decía y en muchos casos de manera genuina, pensaba representar.
Descomposición de la base material
Desde la dictadura, pasando por la caída del muro y el consenso de Washington, prácticamente los 40 años de democracia, se aplicó un plan sistemático neoliberal que nos llevó a un proceso de desindustrialización, de saqueo, de reestructuración institucional con la reforma de 94 y la aplicación de un plan sistemático de disciplinamiento social que fue el hambre, así como la dictadura hizo con el terror de Estado y el ingreso pleno en los intereses nacionales del Fondo Monetario Internacional.
Este plan sistemático busca apaciguar la capacidad de resistencia y confrontación popular. Si partimos como dato que en 1974 el índice de pobreza fue del 4 % y hoy el 60 %, de los cuales transcurrieron 50 años, la descomposición del tejido social fue enorme, trayendo como consecuencias la repercusión en lo político y cultural. Para hacer honor a la verdad, Néstor, al pagar la deuda y de constituir un bloque regional contra hegemónico junto a Lula, Evo y Chávez buscaron anticiparse a esta situación. Las causas del no avance del Alba, como se llamó a esta estructura, deben ser fuente de estudio, sobre todo, de la dirigencia política y social que se propone una transformación popular genuina.
Sin embargo, salvado este punto, la descomposición social en democracia significó un cambio tectónico en la estructura social, donde el 40% de la población económicamente activa está por fuera del sistema, es decir, no tiene un trabajo formal, y el 60% de esta no lo tiene por lo menos hace 20 años, es decir generaciones sin acceso a derechos.
Estos cambios traen como consecuencia toda una nueva percepción de la realidad, de cómo se constituyen las relaciones sociales, la percepción de las instituciones, la cultura, la política, la democracia.
Estas son las principales bases materiales en donde anida el huevo de la serpiente.
Claro está, que de esta situación, no se dio por reacción espontánea. Existen responsables con nombres y apellidos, muchos de los cuales hoy se encuentran en el gabinete nacional.
El futuro llegó hace rato
Frente a este escenario de descomposición social, claramente estructural, nos ha atravesado de forma impune y acelerada la revolución tecnológica, y el cambio climático.
Primero llevándonos a una relación con el mundo totalmente intervenida por el mundo de la virtualidad, donde un nuevo sentido y percepción de lo que nos rodea, el cual se constituye con nuevos y complejos significados.
Y en segundo lugar, las consecuencias del cambio climático, llevándonos a una de las peores catástrofes de la era moderna, como ha sido la pandemia, generando consecuencias que hasta hoy, no tenemos dimensiones en cuanto a la salud mental social.

Doctrina de shock

Centralmente, la doctrina del shock consiste en utilizar momentos de fragmentación social a consecuencia de lo descrito anteriormente, para aplicar de forma radical un programa económico a favor netamente de los mercados- “En momentos de crisis, la población está dispuesta a entregar un poder inmenso a cualquiera que afirme disponer de la cura mágica, tanto si la crisis es una fuerte depresión económica como sí es un atentado terrorista” (cita del libro de Naomi Klein: La doctrina del shock).
Estamos siendo testigos en vivo de la crueldad y el desprecio del actual gobierno en la aplicación de las medidas, centrándose en contenidos comunicativos de puesta de escena, distorsionando y ocultando la verdadera naturaleza de las medidas.
El accionar del mileismo, entonces, fue de manual, frente al desconcierto social por la descomposición económica social, el emergente de un gobierno excéntrico, su accionar fue una batería de medidas (devaluación, achicamiento del estado, DNU, LEY ÓMNIBUS) en el ataque frontal a los sectores populares.-“” En esos momentos la sociedad está en shock y eso les conduce a una incapacidad de reacción del pueblo (porque está a otras cosas) y ese momento favorece esta estrategia para implementar dichos cambios económicos“”- Cita Klein, y dice: “uno de los antídotos frente a la doctrina, es la historia”.

La vitalidad

¿Cómo reaccionan nuestros pueblos frente a semejante agresión?
¿Qué tiempo llevará recuperar la memoria en términos de la historia de capacidad de movilización y de reacción?
¿Cómo se metaboliza el consenso dado al actual gobierno, principalmente por los sectores populares y trabajadores, en esta agresión directa?
¿Cuánto incide la construcción de una conciencia policlasista, en la distorsión de la conciencia de clase de los sectores populares?
¿Cuánto de las estructuras orgánicas son favorables y ayudan a constituir esta nueva masa disconforme con las medidas, y cuántas son desfavorables (sindicatos, organizaciones, iglesias, etc.)?
Por citar tres ejemplos de la capacidad y la vitalidad de nuestro pueblo, en su accionar y en sus estrategias, el primero fue el acatamiento de las medidas de la pandemia, asumiendo de forma masiva la necesidad de preservar la vida con el aislamiento, los segundos fue la movilización masiva frente a Triunfo de la Selección Argentina en el 2022 constituyendo una masa de 5 millones de personas sin ningún tipo de conflicto, y lo tercero la más cuestionada es el triunfo del actual gobierno en un marco de disconformidad con el estado político que se venía desarrollando es decir no ganó el nuevo gobierno, sino que fue un rotundo descontento con los modelos anteriores.
Estos antecedentes nos hablan de que la fuerza y la vitalidad de nuestro pueblo, a pesar de la fragmentación y la búsqueda de shockear en términos de capacidad de acción, siguen dinámicas y potencialmente preparadas.
La agudización económica llevada al extremo, sumada a la apertura de una agenda de actividades con el inicio del año lectivo, más las fechas históricas como van a ser la del 8 de marzo y el 24 de marzo, va a significar una prueba de fuego de la vitalidad de nuestro pueblo.
En lo común, en los colectivos y en lo comunitario reside la verdadera esencia de la vitalidad de nuestros pueblos.
Como cierre
En estos días y en estas horas empiezan a verse las consecuencias de las medidas asumidas por el gobierno de Milei, la crisis institucional por parte de la ruptura posiblemente los gobernadores atentando con la idea de nación y como consecuencia mayor fragmentación territorial, el efecto ajuste económico en la precarización de la vida, y el crecimiento de la pobreza y la marginalidad, y la ruptura de empleo formal generando nuevos índices de desocupación, empiezan a verse síntomas de situación destituyentes en la propia estructura del sistema, y eso trae a la reflexión al establishment, inclusive al propio fondo monetario FMI.
En estas horas empieza un nuevo ascenso de la movilización de las organizaciones sociales por alimentos, los trabajadores estatales por despidos y los docentes, por lo que significó la pérdida del incentivo, poniendo en duda el inicio de clases. Sumado a esto, los distintos sectores que van a ir incorporándose a la lucha, debemos incorporar como novedad los movimientos políticos de las estructuras institucionales como son las propias gobernaciones.
Ahora bien, el encauzamiento de estas luchas no pueden basarse solo en la necesidad de poner fin a este proceso de ajuste salvaje e inhumano. Tantas veces hemos dicho que nuestro pueblo no salta al vacío. El shock fue dado por un empujón sin precedentes históricos. Es tal el nivel de agresión que tiene su correlato en el nivel de desesperanza.
Es urgente y fundamental construir el relato de la Esperanza, en paralelo al de la Resistencia. ¿Se puede vivir, desarrollarse y ser feliz en nuestro país colmado de recursos, con nuestra gente y oportunidades? ¿Se puede pensar en modelos de desarrollo alternativos, además de los dados, basados en el extractivismo? ¿Es posible pensar en una dirigencia noble, honesta, capaz y realmente democrática a imagen de las tradiciones históricas de nuestro Pueblo? ¿Es posible que la solidaridad, la empatía, la comunidad, la familia y el ambiente común, la alegría de la cultura y el trabajo digno y bien remunerado sean los valores que estructuren nuestra vida social?
Por acá debemos repensar, a partir de la Esperanza, a nuestra Argentina y a nuestra Provincia.

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