“Si no es feminista, no es justicia. Reforma Judicial Feminista Ya”. La leyenda estaba en la bandera que encabezó la movilización feminista de este 8 de marzo.
Desde las 19.00 de este miércoles, cientos de mujeres y disidencias se convocaron en la Plaza 25 de mayo para marchar en contra de las violencias por razones de género y contra la justicia machista, clasista y patriarcal.
Los casos de revinculaciones forzosas y la defensa de las madres protectoras, fueron visibilizados durante la marcha.
Uno de ellos, fue la situación de «Arcoiris» y su mamá. Se trata de la niña que denunció en varias oportunidades los abusos de su abuelo paterno. Su madre denunció la situación el Poder Judicial de la Nación y en febrero la Justicia riojana intentó separarla de su mamá mediante una orden de detención y el allanamiento a la vivienda que ambas comparten en la Ciudad de Buenos Aires. A partir de ello, el Poder Judicial de la Nación determinó que la niña debe continuar viviendo con su mamá y una muralla humana evitó que «Arcoíris» sea separada y organismos nacionales estuvieron presentes en ese momento.
Al igual que en toda la Argentina, la principal demanda de los feminismos y LGBTI+ que marcharon fue por una reforma judicial feminista y mantuvieron los reclamos por la feminización de la pobreza, la desigualdad salarial, la precarización de los trabajos feminizados, las tareas de trabajo no remunerado como sostén de la brecha económica y la naturalización de la violencia económica.
La movilización partió de la Plaza 25 de Mayo, pasó por la Unidad Fiscal de Violencia de Género, el edificio del Tribunal Superior de Justicia y los Juzgados de Violencia de Género y Protección de Menores y culminó en la plaza principal con la lectura del documento.