Andrea Aghazarian, licenciada en psicología, publicó «Después del abuso sexual -relatos de tratamientos psicoanalíticos», un libro en el que comparte casos de pacientes adultos, víctimas de abuso sexual en sus infancias. En diálogo con El Péndulo resalta la importancia de la prevención y la falta de campañas de concientización. Expresó su preocupación porque los relatos de denuncias falsas aparecen como la regla y no la excepción frente a las estadísticas sobre abuso sexual. “Es una tortura en el momento que se produce y es una tortura psíquica a lo largo de la vida”, afirmó.

¿Cuál es la idea de este libro, “Después de del abuso sexual, ¿relatos de tratamientos psicoanalíticos”?
La idea fue, a propósito de los años de trabajo en consultorio con pacientes abusados en la infancia, en particular con los pacientes adultos, compartir experiencias de trabajos clínicos con pacientes adultos y abrir un poco cómo son los tratamientos y compartir ese trabajo con una terminología sencilla, clara, que no tiene tecnicismos y poder llegar a personas que sufrieron abuso sexual en la infancia y que tal vez no imaginan cómo puede ser un tratamiento, cómo puede ser un pedido de ayuda, qué trabajo es el que hacemos los psicólogos en estos casos.
Y, por otro lado, también hacerles llegar al entorno de las personas que sufrieron abuso conocimientos sobre qué es lo que le está pasando a este ser querido y llegar a los profesionales.
Si bien el libro es sencillo y no tiene tecnicismos, se puede leer de acuerdo con la formación de cada persona, como en distintos niveles. Entonces, los profesionales también es muy importante que estén en tema porque, en general, no hay demasiada capacitación, ni siquiera en los profesionales de la salud. Me refiero a médicos que sistemáticamente atienden pacientes, que los revisan, que justamente les piden que se desvistan, etcétera y tienen que estar informados. Me interesa también que llegue a todas las personas y también para visibilizar porque el abuso sexual es algo que está invisibilizado contra niños, bebés y adolescentes.
En estas historias que vos tenés en tu libro, ¿algunas de ellas llegaron por una consulta respecto de un abuso sexual o es algo que apareció después en la consulta?
Las dos cosas. En general viene por la consulta del abuso sexual, pero hay casos, que yo los comparto en el libro justamente porque el recuerdo del abuso aparece a propósito de un síntoma actual, es decir, no se entiende un síntoma. Algo que está afectando a la persona en su vida cotidiana y producto del tratamiento aparece, se asocia y aparece en la memoria un recuerdo que estaba reprimido, decimos nosotros.

El psiquismo tiene funciones, una es la represión, reprime aquello que no puede alojar conscientemente, porque es altamente traumático y queda como en el olvido para la conciencia, pero sí está inscripto en la memoria y está a nivel inconsciente. Entonces muchas veces pasa que este recuerdo aparece en el tratamiento y resignifica este síntoma que tiene la persona que por lo general tiene que ver con su vida sexual. Aparecen dificultades con otros aspectos de la vida como la confianza, comprometerse físicamente, ser expresivo, ser sociable.
La mayor parte son personas que sí recuerdan el abuso y que nunca lo han contado y la primera vez que lo cuentan es en el consultorio. Esto es muy importante porque el nivel de dificultad que cargan esas personas. Una persona de 70 años que nunca contó, por ejemplo, son muchos años de tortura psíquica y una vida muy recortada en cuanto a posibilidades porque claramente esto genera una cantidad de condicionamientos para la vida de la persona, anímicos, emocionales, afectivos, vinculares, incluso de otras índoles también, económicos.
La persona que sufre un abuso primero tiene grandes dificultades para elaborar un proyecto, para tener deseos y por otro lado, es una persona que por lo general se tuvo que ir de su casa y si no se fue de su casa cortó vínculos familiares, producto de que, en muchas ocasiones, no le han creído o el abusador es una persona central en la familia. Inicia una vida muchas veces en soledad y eso hace que se vea muchísimo más vulnerable, incluso en los aspectos sociales y económicos que luego hacen a la calidad de vida de esa persona.
Las personas víctimas de abuso, hablan cuando pueden y no cuando quieren. ¿Es porque muchas veces no se cree el relato por el ámbito en el que se da que es generalmente intrafamiliar?
Exacto, es intrafamiliar la gran mayoría y luego hay algunas situaciones donde son personas que tienen una autoridad sobre el niño, que el niño tiene confianza, que son personas, como lo he dicho en otras oportunidades, docentes, sacerdotes, son personas a quien se les otorga un saber, una confianza.
Entonces el niño, al ser estafado afectivamente por estas personas, es muy difícil que el chico pueda contar y que se le crea, porque, por ejemplo, que el sacerdote de su parroquia sea el abusador, como uno de los casos del libro, es toda una comunidad que sigue a esa persona y que tiene un liderazgo.
Entonces esto que vos decís está muy bien, habla cuando puede. Incluso a veces cuando la persona falleció, porque justamente, cree que no le van a creer. Nosotros necesitamos en el mundo, que ha ido avanzando en este sentido, la imprescriptibilidad de este delito porque el promedio de la edad donde la persona puede empezar a hablar es los 50 años. Entonces cuando va a hacer la denuncia prescribió por el tipo de pena o el abusador falleció y esto genera una sensación de injusticia tremenda porque la persona hizo un gran esfuerzo para poder hablar, para poder enfrentar esto, para visibilizarlo, para hacerlo público, que es algo dificilísimo y cuando llega a esa instancia se ve sin la respuesta que está buscando.
De algún modo todo el sistema termina encubriendo al abusador: el sistema penal, el Poder Judicial y tantas otras porque también hay detrás de todo muchísimos pedófilos y la pederastia es un negocio. No es ingenuo que las víctimas se vean desprotegidas en este sentido. Y, esto tenemos que ponerlo claro porque ahora hay toda una línea de trabajo con respecto a las denuncias falsas y hay que entender que no se puede tomar la excepción por la norma. Yo lo que estoy viendo y lo que estamos viendo los que trabajamos con el abuso sexual es que se está visibilizando de los medios fuertemente las excepciones de estos casos y no la norma.
Genera en la opinión pública un consentimiento respecto de la excepción y son casos excepcionales sobre la cantidad de casos que son realmente verídicos y que por lo general además justamente, por este tipo de campañas, terminan sin llegar a denunciar judicialmente esto. Y además quedan muy desamparados también frente a su entorno social porque si los medios insisten en este tipo de cuestiones, se pone en duda.
Pensando en esto de las denuncias falsas, relacionadas con las infancias: es imposible pensar que en la estructura psíquica de una niña o de un niño se pueda inventar sobre un abuso sexual.
Exactamente, para eso estamos los psicólogos. O sea, una cosa que decimos es que un niño no puede dibujar lo que no vio, no puede contar algo que no conoce, además de todo lo que le genera. O sea, no es cualquier niño, un niño que sufrió un abuso. Para eso se hacen los peritajes, para eso se hacen los informes psicológicos, para eso estamos los psicólogos clínicos, cuando son nuestros pacientes. Entonces, yo lo que digo es que se trabaja mal en la Justicia cuando estos casos pasan. Y esto nos tiene que poner en alerta. porque se trabaja tan mal que cuando estos casos son absolutamente ciertos, estas personas quedan libres. Si las cosas se hicieran como corresponde en el Poder Judicial, se tomarán los peritajes como se deben tomar, digamos que los jueces tomen los resultados de los peritajes porque en general son congruentes.
Entonces yo agradecería a los medios que hagan la campaña que nosotros necesitábamos para proteger a los niños. No hay campañas de prevención del abuso sexual contra las niñeces. Lo que sí hay es la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) y ahí también se está yendo contra la ESI.
La ESI es la única campaña de prevención que tenemos y sin embargo se ataca desde lo más alto del poder de nuestro país hasta los medios masivos. Ahí estamos los profesionales de la salud levantando la voz para proteger a los niños porque los niños no pueden protegerse solos.
Una cosa importante también para destacar es que el abuso sexual está asociado con la tortura
Exactamente. El abuso sexual es una tortura. Vos imaginate un niño que es abusado, vamos a poner un triste ejemplo, cinco años consecutivamente, la disociación que tiene que hacer y a medida que va creciendo, cada vez empeora esta situación psíquica porque se tiene que disociar de su cuerpo para tolerar esa situación. El niño está bajo amenaza implícita o explícita.
Es una tortura en el momento que se produce y es una tortura psíquica a lo largo de la vida porque no hay forma que la persona cuando la tocan no tenga inscripto en su cuerpo esta memoria. Le viene permanentemente la voz, los olores, las sensaciones, el terror, esto en la oscuridad cuando se apaga la luz de la habitación, o sea, es algo, por eso es trauma. El trauma no es por lo que sucedió, sino por el retorno de lo que sucede. Por eso es trauma, un trauma psíquico.
Es como vivir en una alerta permanente y que no una no se da cuenta
Sí, por supuesto, está muy bien esto que estás mencionando porque es un estado de alerta que estresa. Esa persona vive con una sensación de que está amenazada, que está en peligro y permanentemente sus reacciones son proporcionadas respecto del estímulo. Entonces, digamos, es un psiquismo que funciona de un modo totalmente desbordado y además es una persona que no puede sentir placer, por lo general, que no puede disfrutar.
En el libro hay un caso con respecto a la dificultad para sentir placer, que por suerte lo pudimos abordar y eso cambió. Pero es muy importante, y además es importante lo de la tortura que decís, porque es bueno que la gente, en particular los hombres que se dedican a ver cuestiones ligadas a lo sexual, en línea, online, y tienen que tener muy claro que lo que están viendo son torturas, no es que están viendo una cuestión erótica, es tortura, porque es un sujeto, un niño que está en la infancia tomado como objeto. O sea, el abusador no tiene ningún tipo de empatía por el sufrimiento del otro. Entonces, no hay un otro en tanto persona, es un objeto para la satisfacción de sus deseos. El tema de la tecnología incrementó este delito de una forma exponencial.
En la Unión Europea, países incluso de América han avanzado en cuestiones de la imprescriptibilidad como Chile, El Salvador, México. La Argentina, que en tantas cosas ha sido puntera, ahora está retrocediendo en cuanto a derechos, cuando sistemáticamente nosotros tenemos experiencias para poder compartir y resulta que lo que se comparte es, como te mencionaba antes, la excepción en forma masiva. Acá lo que queda en riesgo son los niños y por otro lado están las instituciones no las instituciones como la iglesia.
Hay un montón de sobrevivientes de abusos eclesiásticos hay uno de los casos del libro que es un sobreviviente un abuso eclesiástico.
Cuando el niño pide ayuda a alguien que en general es a la madre, a veces no, pero es a la madre, es importante estar a la altura de esa situación Y poder reaccionar sea quien fuere el abusador, porque este es el problema. Creerle y pedir ayuda a profesionales y proteger al niño, porque además muchas veces esa madre se tiene que ir de la casa, que también hay un caso en el libro donde el progenitor es el abusador de sus hijas y no se va de la casa, entonces hay un sistema carcelario, que yo le puse que es un sistema carcelario, donde el abusador, la madre arma un sistema de que los chicos todas las noches quede alguien despierto para que ese padre no salga a la habitación para que no abuse a nadie. el Estado debe proveer recursos para que ese niño pueda estar lejos del abusador.
Es Licenciada en Psicología en la Universidad de Buenos Aires, se especializó en psicoanálisis. Ha realizado distintos cursos y formaciones de posgrado. Coordina un equipo interdisciplinario y trabaja en el área clínica orientada a las problemáticas relacionadas con la sexuación y la violencia intrafamiliar, en particular, el abuso sexual. Se destaca, además, por su trabajo en la temática de violencia de género. Actualmente, se dedica al trabajo con pacientes en consultorio y a la difusión de sus temáticas de abordaje.




