Rescatando animales de la calle: un esfuerzo invisible

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El Pendulo
Periodista

Por María Vázquez

Con la finalidad de conocer como es salvaguardar animales que son abandonados en la vía pública, El Péndulo quiso conocer e interiorizarse sobre la tarea que realizan distintas personas y asociaciones, el amor por los animales, el dolor por el maltrato y  las dificultades que atraviesan para sostener el funcionamiento de cada centro.

La historia de Laura Corigliani: El primer rescate como acto de compasión

Laura Corigliani dialogó con El Péndulo y nos contó cual y como es la tarea que realiza. “Soy rescatista desde hace unos años, desde 2016, y antes de esa fecha no tenía animales en mi casa y puedo decir que tampoco tenía mucha empatía con ellos”.

“Desde que me regalaron un perrito, comenzó mi amor hacia ellos, y termino siendo una pasión. Puedo decir que se me abrió el corazón y empecé a tener un sentimiento que sin dudas estaba dormido, y hoy me siento hasta culpable por no haberlos visto antes”, reflexionó Laura.

Al ser consultada sobre su primer rescate, recordó que “Fue al volver una noche de la peluquería. Se me cruzó un cachorro y pare a preguntar de quien era, no era de nadie. Confieso que lo volví a dejar donde estaba, hice unos metros y no pude, lo llevé a casa”.

“Al día siguiente volví de día al lugar y unos niños me contaron que había una casa en construcción cerca y que ahí adentro había más, cuando los vi, me sentí re mal, no sabía qué hacer y los lleve todos a casa. Mi departamento era muy pequeño, pero ahí estuvieron hasta que los desparasité y con los días los fui llevando a las jornadas de adopción y ofreciéndolos por Facebook”, continuó su relato.

Otro de los rescates que Laura tiene muy presente, es su segunda asistencia a la que calificó de “muy importante”. Relató que había una perra vieja de tamaño chico con 3 cachorros, a la que le llevó comida un par de días y una noche en la que llovía muchísimo y no podía dormir pensando en ellos y decidió ir a buscarlos.

“Una chica me dijo: engaña a la madre con carne y saca los cachorros, me fui bajo la lluvia a buscarlos. La madre me miro con unos ojos de tanta tristeza que también la lleve y la tuve siempre conmigo hasta el año pasado que falleció de vieja”, rememoró Laura y agrega “desde ahí comencé y no paré. Cada caso me moviliza mucho, me conmueve hasta las lágrimas y no entiendo que la gente trate tan mal a los animales”.

Si bien, la tarea de rescatista que realiza Laura es de pura vocación y amor, ella agradece a todas las personas que la ayudaron desde un principio, algunas con consejos otras buscando hogares para los perros; otras consiguiendo contactos para castrar perras a bajo costo. “Estoy eternamente agradecida, porque en mis comienzos no sabía casi nada y contar con este apoyo me alentó a seguir”.

Para poder solventar algunos gastos, tales como alimento, medicamentos y hasta en muchos casos asistencia médica, Laura manifestó que “gracias a Dios la gente ayuda, yo me manejo por Facebook y por grupos de WhatsApp, pido colaboración y también vendemos cosas. En la actualidad lo que hacemos son ferias americanas, vendemos ropa, calzado y otros objetos usados”.

Soluciones para las crisis de abandono

En cuanto a cuál sería la solución para que no haya tantos animales abandonados en la calle, Laura expresó que una de las soluciones que ella ve es disminuir el número de perros y gatos en situación de calle y abandono es la castración; que insisto debe empezar por casa. Todos los dueños de animales deben castrarlos, llevarlos a castrar toma un tiempo pero es mejorarle la calidad de vida, el dolor de parir en las calles en mal estado y muertos de hambre”.

“Actualmente hay un centro de atención veterinaria municipal gratuito, donde realizan atención clínica y castraciones. También se hacen castraciones gratuitas a cargo del gobierno provincial, en el Centro Administrativo Provincial y ambos salen por los barrios. Además, hay dos veterinarias que castran a bajo costo, con el pago de un bono mínimo”, detalló Laura.

Asociaciones Protectoras

Por otra parte, El Péndulo dialogó también con Magui Ibáñez, presidenta de la Asociación Protectora de Animales y su refugio Bienestar Animal, quien nos contó que hace más de 15 años que trabaja en la entidad y hace 6 meses que asumió como presidenta de la misma.

Algunos de los objetivos de la Asociación  son “concientizar a la sociedad sobre la tenencia responsable y el respeto por los animales, además de invitar a la sociedad a adoptar a un animal, ya sea que este en el refugio o en situación de calle y de vulnerabilidad y ante la ausencia del Estado pedirle a la sociedad que se involucre con los animales que hay en la calle brindándoles un lugar,  alimentación y ayudando a la entidad a castrar para evitar nuevos nacimientos y futuros abandonos”, explicó Ibáñez.

Esta entidad realiza charla en escuelas y jardines sobre la tenencia responsable, el respeto y el maltrato a los animales. Además, desde hace 10 años que vienen realizando una campaña de castración a bajo costo. “Se  hace a través de un convenio que realizamos con el Dr. Jorge Costa de Veterinaria Baicos, para que los animales con dueños y de la calle puedan acceder a una castración”, comentó la presidenta.

Actualmente esta campaña se sigue realizando tres días de la semana y se castran  60 animales por semana, “esto es con la finalidad de contribuir a la problemática de sobrepoblación animal y evitar nuevos nacimientos y abandonos”.

En cuanto a la labor que se realiza en el refugio Bienestar Animal, Ibáñez detalló que “las tareas son diarias, atender a los animales en cuanto a su salud, a su alimentación y a lo que requieran según la situación por la que han llegado al lugar”.

Un grupo de voluntarios organizan jornadas los fines de semana, son programadas y dependiendo de la época del año se realizan jornadas de baño, de paseo, actividades de jardinería y limpieza del predio.

“Los gastos del refugio se solventan gracias a la colaboración de la gente, tenemos un sistema de socios mensuales que colaboran y aportan todos los meses de manera permanente, a voluntad. También tenemos una cuenta donde la gente puede donar cuando pueda y lo que pueda. Realizamos una feria américa donde vendemos ropa, calzados y accesorios que son donados en buen estado”, especificó.

Ibáñez, agregó que “también juntamos latas de cervezas y gaseosas, los vacíos de desodorantes y los vendemos en las recicladoras y con eso juntamos recursos económicos. Además, en las redes sociales organizamos y difundimos rifas que son un fin determinado, por ejemplo cuando recibimos un animalito que necesita alguna cirugía costosa o se necesita hacer alguna tarea de manteamiento en el refugio y tenemos que pagar mano de obra”.

La presidenta resaltó que lo prioritario que necesitan los animales del refugio es el alimento. “Ellos comen una bolsa de alimento de 20 kg. por día y actualmente estamos necesitando más de 200 mil pesos todos los meses para que a nuestros animalitos no les falte la comida. Además, tenemos gastos de medicación y atención veterinaria que eso también se solventan con todas estas actividades que realizamos”.

No tiene ayuda ni del Estado ni de otras instituciones de manera permanente, salvo cuando es el Día del Animal, en el mes de abril,  cuando las escuelas y jardines hacen colectas y colaboran con nuestro refugio.

Finalmente, Ibáñez dijo que no hay un número de rescate mensual de animales, porque varia, pero si agregó que su refugio tiene una capacidad para albergar  50 y 70 animales.