Una menor fue trasladada de Córdoba, donde residía con su madre, a La Rioja, donde se encuentra su padre, en el marco de un delicado conflicto familiar. El caso conocido como «Cosquillitas» revela fuertes denuncias entre los progenitores y la situación incierta de una niña.
Según informa este jueves el medio nacional Página 12, «en la mañana del miércoles, una niña riojana, de 4 años, que vivía en Córdoba junto a su madre, fue buscada por la policía y los agentes del CATI (Cuerpo Asesor Técnico Interdisciplinario) de la Justicia de La Rioja para sacarla de su centro de vida, trasladarla a La Rioja en el marco de un dispositivo de cuidado estatal por al menos una semana«.
Desde la Coordinación de la Dirección de Niñez y Adolescencia -dependiente de la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Provincia-, se informó sobre la resolución de tal medida precautoria, argumentando como «oportuno traerla a La Rioja para que después de los feriados puedan evaluar quien les parece mejor que la cuide«.
Actualmente, la vida de la niña está atravesada por 10 expedientes en La Rioja, y nuevas causas en la ciudad de Córdoba en donde vive hace más de un año. La batalla judicial que atraviesa su vida empezó en 2019 cuando su progenitor pidió a la Justicia riojana una medida cautelar para alejarla de su madre aduciendo que la misma era un peligro para su hija. En dicha actuación, el progenitor presentó audios y chats en los que se podía observar un severo problema de salud mental de la progenitora que, según los informes que constan en expediente, atravesaba por una depresión postparto que debió ser tratada por profesionales. Desde entonces, el bienestar de la menor debió ser monitoreado por el Estado ya que, ante este litigio judicial, fueron muchas las denuncias y contradenuncias que sucedían entre ambos progenitores. Entre algunos de estos hechos, el progenitor fue denunciado por violencia y desobediencia, ante la falta de respeto a las medidas de protección que le fue imponiendo la Justicia. Sin embargo, la niña creció en contacto con ambos progenitores, quienes compartían la responsabilidad parental hasta que a finales de 2021 una denuncia de abuso sexual contra el padre fue la causal del vínculo interrumpido.
La madre denunció ante la Justicia que su ex pareja ejerció violencia de género, violencia física y psicológica durante su relación, situación que fue escalando, según la denunciante. Ella sostiene que ese fue un factor que, combinado con el fallecimiento de su padre durante el embarazo, quebraron su psiquis para cuando su hija nació, pero que tras la separación y el tratamiento pudo ejercer su maternidad con plenitud, hasta que un día su hija empezó a resistirse a ir con su progenitor porque relata que él “le hace cosquillitas en la cola” y desde entonces vive con miedo de lo que su presunto agresor pudiera hacerle a su hija. Por lo que relatan los expedientes, el acecho del denunciado nunca cesó y la progenitora tomó la decisión unilateral de mudarse a Córdoba por seguridad, advirtiendo a la justicia riojana de dicha decisión.
A su vez, el progenitor denuncia que la progenitora es comparable a las asesinas de Lucio Dupuy, y dice temer que ella asesine a su hija, y que su ex presentó denuncias falsas con el único propósito de interrumpir el vínculo con él. En 2021, tras enterarse de la denuncia de abuso sexual en su contra, el hombre empezó a hacer público el caso aduciendo impedimento de contacto y falsas denuncias. Acudió a Christian Dupuy, quien inmediatamente compartió sus reclamos en redes sociales haciéndolo viral. En dicho posteo compartía aquellos chats que había presentado ante la justicia en 2019 cuando su ex contemplaba quitarse la vida antes del tratamiento psiquiátrico al que se sometió. La Justicia, en aquel entonces, le impuso una medida cautelar al progenitor que le impedía entre varias cosas hablar públicamente del caso por resguardo de la menor. Tras la mudanza de su hija a otra provincia, y la decisión de una jueza de familia que solo le permitía verla por fotos, volvió a hacer público el caso omitiendo las denuncias en su contra y publicando aquellas evidencias que presentó en la medida cautelar que pidió en 2019, cuando su hija era un bebé. Así fue como una activista de grupos antiderechos de CABA le ofreció su ayuda y el caso se volvió viral con la versión del progenitor.
Una referente de esta organización viajó a Córdoba y contactó a la progenitora, entrevistó a la niña junto a otro dirigente de CABA que dice ser preventor de ASÍ (Abuso Sexual en la Infancia), gestionó unas denuncias de malos tratos contra la progenitora y presentó un informe ante la Justicia riojana, que, según ella, desconocía el paradero de la menor. Con autorización del progenitor difundió videos de la intimidad de la niña y habló del caso en medios nacionales, usando los audios de la depresión postparto de la progenitora para sostener que este es otro caso Lucio. Reveló públicamente sobre cómo fue recibida por la Jueza Fernández Favaron, asegurando que era parte de los expedientes, al punto tal que la Justicia emitió un comunicado para aclarar que no era parte y que no pudo presentar la documentación que le solicitaron para acreditar la ONG que dice tener.
La progenitora nunca impulsó una acción para hacer público el caso ya que observaba preocupada la situación de otras niñas revictimizadas públicamente por sus presuntos abusadores y temía que ese estigma recayera en su hija.
Actualmente, la familia materna, que expresa desesperación por desconocer el estado emocional de la niña ante tan traumática situación, se dispuso a salir a aclarar la situación aduciendo que el progenitor impulsa una campaña mediática de información falsa para conseguir su propia impunidad.
Fuente: Página 12