Argentina derrotó 2-0 a Polonia para asegurar el 1° puesto en el Grupo C y clasificar a la segunda fase de la Copa del Mundo, donde enfrentará a Australia el sábado a las 16.00.
Por Carlos Vega. Periodista
El nombre de la cancha donde jugó Argentina “Estadio 974” (número prefijo telefónico de Qatar, y construido con 974 conteiners) sirvió para jugar con la cifra, y simular una estrategia que le sirvió a Argentina para aplicar su sistema de juego y llevarse otro importante triunfo, el más significativo: 1) porque estaba obligada a ganar, 2) porque recuperó su identidad y filosofía futbolística, 3) porque terminó primera en el Grupo C, y 4) porque clasificó a octavos de final.
Argentina fue superior de principio a fin. Manejó el dominio de la pelota, tuvo el dominio del partido y generó las mejores situaciones de gol. Tuvo un penal que Szczęsny le atajó a Messi sobre el final del primer tiempo, y aun así, el equipo argentino no se rindió, ni mucho menos se cayó anímica ni futbolísticamente.
Esta intensidad no disminuyó, por lo que apenas comenzó el segundo tiempo, Molina encontró a Mac Allister, quien sacó un derechazo mordido que entró en sobre pique y se hizo inalcanzable para el arquero polaco. Gol y justicia en el juego y marcador. Argentina siguió siendo más y el gol fue la llave para avanzar, dominar aún más y encontrar los espacios ante una defensa que esperó y se cerró, pero que al mismo tiempo, se vio obligada a salir ante el “tiki-tiki” argentino.
Fue así que el equipo de Scaloni llegó al segundo gol, abrió la defensa Fernández, quien encontró a Álvarez, y éste, ante dos defensores, se acomodó y con derecha puso la pelota por encima de Szczęsny. Golazo, 2-0.
Después, el tiempo casi estuvo de más todo. Polonia no existió, ni tampoco exigió; es más, se metió más atrás porque si Argentina hacía un gol más, se quedaba afuera.
Argentina ganó con contundencia, y sobre todo, con seguridad en sí misma… 974 y a octavos de final.
